•Profesor Hwang• Hyunsung

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_Hyunjin_

Me encontraba en mi casa, hoy era sábado así que no tenía nada que hacer, estaba aburrido así que decidí ir al cuarto donde tengo mi gym privado, solamente me coloco unos pans negros y dejo mi pecho al aire, tenía un gran espejo ahí.

Podía verme a la perfección, mi brazo todo tatuado que probablemente volvería hacerme otro tatuaje pronto, tomé las pesas y comencé a hacer ejercicio, me gusta tener un cuerpo perfecto, por así decirlo.

La música sonaba en toda la habitación, estaba muy concentrado en mis ejercicios, estuve así aproximadamente dos horas, mi concentración era demasiada que no me dí cuenta en la presencia de mi pequeño, le había dado una llave sólo para él de mi casa para cuándo quisiera pueda venir a verme.

Dejé las pesas y miré hacia el espejo, pude verlo ahí parado un poco escondido mirándome de arriba abajo, sonreí levemente mi respiración era agitada debido al ejercicio, hice como si no lo hubiera visto y tome una toalla, me la puse alrededor de mi cuello y salí de ahí.

Pude ver cómo él salía corriendo a mi habitación, así que fuí hasta allá, al entrar no ví a nadie sólo pude notar la puerta de mi baño abierta, sonreí y fuí a la ducha. Comencé a quitarme el pans junto a los bóxers que traía, en pocas palabras estaba desnudo, sabía que mi pequeño estaba ahí.

— ¿Hasta cuándo te seguirás escondiendo, pequeño? –dije con voz ronca.

No oí nada, iba hablar nuevamente hasta que veo como sale de su escondite, no me mira pero puedo asegurar que sus mejillas están rojas, tenía la mirada hacia abajo y jugaba con sus deditos ¿Cómo puede ser tan tierno y sexy a la vez? Llevaba un pequeño short de mezclilla junto a una sudadera colo azul pastel ¡¡Se veía hermoso!!

— ¿Por qué no me dijiste que vendrías? –lo miré.

Él se puso nervioso. — Yo... Yo quería... Sorprenderte. –jugó con sus dedos por un rato. – Pero si te molesta... Puedo irme.

Dijo triste, comenzó a caminar hacía la puerta tratando de irse pero se lo impendí cuando tomé su brazo y lo jalé hacia mí, él estaba sorprendido. Sonreí de lado y besé sus labios con dulzura, jamás podría molestarme, al contrario, siempre quiero tenerlo a mi lado.

— No me molesta en absoluto, mi amor. Sólo que me hubieras avisado para prepararte algo de comida y así poder almorzar juntos. –dejé un beso en su nariz.

— Oh, entiendo. –sonrió. – Pero podemos cocinar juntos, sé hacer galletas con chispas de chocolate. –habló con felicidad.

— Esta bien, cuando termine de ducharme iremos al centro comercial y compramos todo lo necesario para las galletas.

Lo solté para que él se fuera a la habitación y yo pudiera ducharme pero él no hizo nada, sin embargo, se quedó ahí parado mirándome.

— ¿Pasa algo, cariño?

— Daddy... Puedo bañarme con... ¿Usted?

¡Dios! Este chico me va matar, vuelvo a juntar sus labios con los míos sin decir nada, el beso no es para nada lindo es todo lo contrario, es un beso sucio y lleno de deseo, tomo la mano de mi pequeño y la pongo en mi pene ya erecto, la muevo de arriba abajo. Comienzo a bajar mis besos por su cuello, succiono aquella zona y la muerdo levemente, oigo a mi pequeño gemir y eso me pone aún más duro.

— Ah~ Hyunnie~... –muerde su labio inferior.

Le quito la sudadera y comienzo a besar su pecho y dejar unas cuantas marcas, voy bajando aún más mis besos hasta llegar a sus shorts, me arrodillo  y los desabrocho, bajo el cierre y se los quito de un tirón. Suelta un pequeño grito, beso su cintura y el empieza a jadear, quito lentamente su encaje rosita y lo dejo completamente desnudo ante mí.