𝗧𝗵𝗲 𝗸𝗶𝗱𝘀 | 𝗹.𝘀.

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Malentendido
New York city

En un departamento en Manhattan, un rizado andaba con cierta rapidez por su departamento. Sacudía por allá y limpiaba otro lugar, estaba realmente ajetreo. El chico vivía ahí desde hace tres años, trabajaba justo en el centro, como un diseñador.

Harry era un soltero exitoso, trabajo y romances fugaces lo describían a la perfección, ¿cómo no serlo? Harry era un hombre muy guapo, con un gran empleo y una carrera a punto de surgir, con la vida perfecta.

Esa mañana había recibido una llamada de uno de sus ex novios de secundaria donde le acentuaba la importancia de verlo. Louis Tomlinson, o como el le llamaba Louis guapísimo Tomlinson. Pues el hombre era toda una estrella de los negocios, igual que él. Harry creía que el volvería a buscarlo y que tal vez podrían divertirse, ¿O porqué lo llamaría un viernes por la noche? Si no era para pasarla bien, como en la secundaria. En qué error más grande estaba.

El sonido de la puerta lo interrumpió de su labor. Rápidamente se arregló su linda camisa de encaje negro y se arregló sus rizos que le caían en ondas por debajo de sus hombros.

Revisó su aliento y calmó su respiración. Se dirigió a la puerta y la abrió. Un Louis con un traje muy elegante yacía en la puerta, Harry sonrió ante tal hombre. No había cambiado nada. El lo miró y lo abrazo.

- Estás hermoso Harry – le susurró Louis. Harry sintió su corazón correr como loco.

- Tú estás bastante guapo – el abrazo de deshizo y Louis lo miró de pies a cabeza.

- ¿Vas a salir? – se atrevió a preguntar, al verlo tan arreglado.

- No, yo…es que… -decía Harry con un tono nervioso, mientras se rascaba la nuca. ¿Qué no era eso lo que el quería?.

-¿Por qué me llamaste? – se aclaró la garganta.

-Quería pedirte un favor – dijo Louis. ¿Así que eso era todo un estúpido favor? Harry forzó una sonrisa. No sé habían visto desde hace años y ahora que lo volvía a ver quería pedirle un favor… por favor, Louis había perdido el encanto ¿o qué?

-¿Qué clase de favor? – preguntó.

-Es uno que durará todo el fin de semana – mencionó el mayor, mientras se rascaba la nuca con cierto nerviosismo.

-Es que y…

-Antes de que digas que no – le interrumpió el mayor -Quiero aclarar, que eres la única persona en la que confío para esto – Él tomo sus manos y lo miró con súplica – Por favor.

- De acuerdo – murmuró Harry. Louis le sonrió ampliamente mientras lo abrazaba con fuerza.

- Gracias.

- Papi ya estamos listos – una vocesita femenina destruyó el momento. Louis se separó y tomo en sus brazos a la pequeña niñita rubia de ojos azules.

- Harry ella es Ross. Ross el es Harry – Harry río nervioso, mientras la pequeña lo miraba con desagrado.

- ¿Te casaste y tuviste una hija? – preguntó el rizado.

- En realidad tres.

- ¿¡Tres hijos!? – exclamó. Louis asintió con diversión. Dos niños más aparecieron detrás de él. Un niño y una chica de doce años.