ONE

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Sentía la cálida brisa revolver sus hebras de un gris azulado mientras miraba el mar moverse junto a ella. Sus pies se sentían pesados al caminar por la pegajosa arena mojada, más sumándole lo cansado que se sentía, era un trabajo difícil transportar esa gran mochila hasta su casa. 

Soltó un suspiro dejando de ver el mar, ese día tampoco había tenido éxito en encontrar aquella niebla misteriosa, cada vez estaba más lejos de lograrlo, después de todo ya habían pasado treinta nueve años desde entonces y sus esperanzas disminuyeron un poco.

Sus pensamientos quedaron suspendidos al ver un pequeño bote a unos metros lejos de él. Confundido, se acercó, sus cejas se juntaron en sorpresa al ver a un pequeño niño bien arropado mientras dormía plácidamente. Miró a ambos lados en busca de alguien que este buscando al niño, pero por más que mirara no veía a nadie. Su mirada se dirigió al mar, era prácticamente imposible que un niño que no parecía tener más de siete o  tal vez ocho años sobreviva al Gran Line y mucho menos en un bote como ese, eran aguas muy peligrosas. 

Llegó a la conclusión que alguien debió dejarlo ahí. Un suspiro salió de sus labios por esa posibilidad, si era verdad, el pobre había sido abandonado en la orilla del mar más peligroso del mundo.

Dejo su pesada mochila en la arena, importándole muy poco si esta se manchaba, para arrodillarse frente al bote. Se fijo más en el niño dormido observando sus características, como el hecho que tenía bastante cabello para ser un niño pequeño, también el hecho que sus hebras eran de un color tan blanco que le hacía recordar a la nieve. 

Se distrajo al ver un papel salir volando del bote junto a la fuerte brisa, con su mano agarró la hoja evitando que se vaya más lejos. observó las letras del papel y se dio cuenta que habían escrito con apuro por la forma de la letra. Miró a ambos lados antes de leer el contenido.

Shiroi D. Satoshi

Ese es el nombre que le puse, no sé si lo recordará. Aunque espero que lo haga, no quise lastimarlo mucho.

Sé que en este momento pensarás que soy la peor escoria del mundo por abandonar a mi propio hijo, pero te aseguro que estará mucho mejor con cualquiera que en mis manos. Correría un gran peligro si creciera a mi lado.

Es por esa razón que te pido que lo cuides por mi, aunque no me conozcas. Ese niño tiene mucho potencial y no solo porque es mi hijo. 

Por cierto, un consejo, ten mucho cuidado con él, no es como los demás niños.

White.

Frunció el ceño, la carta estaba firmada bajo un sobrenombre, lo cuál era bastante extraño, supuso que no quería ser encontrado. Dirigió su mirada al niño que parecía no inmutarse por ningún ruido.

"¿Qué haré contigo?" se preguntó, su propia humanidad no le permitía dejar al pequeño a su suerte.

Con un suspiro volvió a agarrar su gran mochila, ahora llena de arena, y con mucho cuidado cargo al niño en sus brazos. Para su suerte, el pequeño no pesaba demasiado.

Pasaron varios minutos desde que dejo el muelle y se adentró en la cuidad, su casa no estaba tan lejos por lo que no demoraría más de cinco minutos en llegar. El niño aún no se había despertado, aunque no le sorprendía, después de todo no había ni un solo ruido en las calles, casi todos estaban en sus camas durmiendo para despertar al día siguiente.

BRAVE | One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora