𝐃𝐢𝐚 𝟑: 𝐌𝐢𝐞𝐫𝐜𝐨𝐥𝐞𝐬

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Alicia abrió levemente los ojos, sintiéndose aclimatada a la luz que entraba por la ventana, y se sentó levemente en la cama.

El espacio a su lado estaba vacío (afortunadamente) después del giro que había tomado su relación con Felipe en este viaje.

Ella no entendía por qué por más que lo intentaba, su relación no funcionaba.

Después de la playa, regresaron a la casa para cenar y luego todos subieron a sus respectivos dormitorios.

Felipe sin embargo no parecía muy contento aunque para Alicia el día había ido bien.

Se había quejado del hecho de que ella no pasaba suficiente tiempo con él y del hecho de que no estaba muy contento con su cercanía con Santiago.

Y ese era otro problema que la atormentaba.

Santiago había estado actuando raro desde que llegaron.

Estaba distante.

Apagado.

Sin prestar nunca plena atención a lo que estaban hablando.

Era algo de lo que Julia siempre se quejaba y nunca lo entendió.

Él era un doctor.

Un cirujano, además... ella siempre pensó que tal vez él tenía muchas cosas en la cabeza, pero con las millas entre él y la clínica, así como la hermosa casa en la playa en la que se encontraban, realmente no tenía una razón para estar tan ausente...o si?

No estaba segura de por qué le molestaba tanto, pero esa brillante mañana, Alicia se preguntó si Santiago estaba bien.

¿Si alguna vez compartiría sus preocupaciones con ella? Si confiaba en ella lo suficiente como para hablar de lo que atormentaba su mente.

No entendía porque él ocupaba su mente todo el tiempo.

Sentía que quería estar con él, acompañarlo, hacerle compañía, disfrutar de él.

Necesitaba sacarlo de su mente.

Pero, cómo podía hacer eso cuando él estaba bajo el mismo techo que ella?

Quizás este viaje no fue la mejor idea.

-

Tratando de desechar sus pensamientos, Alicia se levantó de la cama y después de hurgar en su armario durante lo que le pareció una eternidad, bajó las escaleras.

Camino hacia la cocina.

"Buenos días mi amor" dijo Felipe con una brillante sonrisa en su rostro.

Esa era otra cosa que no entendía... cómo podía su humor cambiar tan rápidamente de alguien que se enojaba fácilmente por la más mínima cosa a alguien que aparentemente era cariñoso y paciente.

"¿Qué estás haciendo?" preguntó Alicia en tono áspero.

"Te estoy haciendo el desayuno, por supuesto", respondió con toda la tranquilidad del mundo.

Claramente él no estaba en la misma página que ella después de su discusión de la noche anterior.

"Felipe, no quiero desayunar, quiero hablar de anoche" habló Alicia, parada frente a la encimera de la cocina con los brazos cruzados frente a ella.

"Alicia no lo entiendo" respondió, moviéndose de su posición frente a la estufa para caminar hacia ella.

"¿Por qué no puedes simplemente apreciar la forma en que estoy tratando de ser un buen novio?" Continuó, alzando ligeramente la voz.

𝐕𝐢𝐚𝐣𝐞 𝐝𝐞 𝐏𝐚𝐫𝐞𝐣𝐚𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora