TRES son Multitud (Chales Leclerc I Carlos Sainz)

Dos

La tarde de entrenamiento con Lewis fue rápido y eficiente, sabía que su día aún no terminaba. Durante casi una hora, lo llevó a correr a diferentes velocidades mientras monitoreaba su frecuencia cardíaca, dejándolo exhausto pero satisfecho por el esfuerzo.

Ronnie ahora se ocupaba de arreglar la habitación de huéspedes en el apartamento de Lewis. A pesar de su insistencia, Lewis se negó a que ella se quedara en un hotel y le ofreció instalarse en el cuarto extra de su nueva casa, de todos modos el casi no visitaba el lugar. Ronnie agradeció la hospitalidad y finalmente aceptó la invitación.

Con la maleta vacía y la ropa ordenada, la chica se preparó para salir. Optó por un atuendo cómodo pero casual: un top de tirantes color blanco combinado con unos vaqueros oscuros y una chaqueta de cuero negra. Mientras se miraba en el espejo para asegurarse de que todo estuviera en su lugar, su celular en la mesa de noche sonó, anunciando que ya habían llegado por ella.

Lando no vivía muy lejos de la residencia de Lewis, por lo que fue fácil llegar. Ronnie fue recibida por el Inglés con una gran sonrisa.

-Bienvenida a mi pequeña morada, siéntete cómoda, mi casa es tu casa. - Sonrió de oreja a oreja lleno de orgullo, ella asintió con amabilidad ante la confianza que el chico le brindaba.

Una vez dentro sus ojos viajaron por toda la sala, el ambiente clamaba libertad y soltería. Su apartamento estaba impregnado con una energía juvenil y moderna, como si cada rincón gritara, "¡Soy libre de mis padres!". Algo dentro de ella le decía que Lando había arreglado todo en su lugar para la llegada de una chica ese día. La decoración mostraba un estilo desenfadado, con toques de colores vivos y muebles contemporáneos.

El salón, un reflejo de la personalidad de Lando, exhibía una mezcla de arte moderno y elementos deportivos, en una parte pudo ver que tenía su consola y un par de orejeras, supo que ahí era donde grababa la mayoría de sus streamings, no quería mencionarlo aún, pero nunca se perdía uno de ellos, aún cuando había creado una cuenta fan para no delatarse a si misma. Lando era muy divertido, su sentido del humor era algo que lo hacía destacar.

Las paredes estaban adornadas con recuerdos de eventos deportivos y fotos con amigos, entre ellos la mayoría eran con Carlos mientras competían juntos en McLaren, en la pared, una pantalla grande sugería noches de películas o juegos.

Mientras avanzaba por el pasillo, Ronnie notó la cocina, que emanaba un aroma irresistible.

-¿Qué es eso que huele tan delicioso? - preguntó, esperando una respuesta de Lando, pero él simplemente se encogió de hombros.

-No tenía antojo de comida rápida. -Aclaró con sencillez, puesto que el Inglés sabia que un nuevo inicio de temporada implicaba mantenerse en forma y McDonalds no ayudaría en su dieta.

La pelinegra entendió y dejó su chaqueta en el perchero, ella tampoco tenía ganas de comida rápida, aún cuando no era una deportista, sabía que debía mantener la cuenta de sus calorías bajas. Fue entonces cuando Lando, intentando mantener el control de la situación, la guió hacia el comedor con un gesto galante, ofreciéndole una silla. Mientras ella se sentaba, notó que George se encontraba disfrutando de botanas remojándolas en el dip sobre la mesa, a su lado un par de botellas de cerveza.

Ronnie llevó sus ojos a la cocina, Carlos estaba inmerso en su tarea culinaria. La luz tenue destacaba la silueta de su espalda, revelando cada contorno de los músculos que se movían con gracia y seguridad. Cada gesto denotaba una destreza que no esperaba, y ella frunció el ceño con sorpresa, apreciando la exhibición de habilidad detrás del arte de cocinar.

La agilidad de sus manos era evidente, cada movimiento era calculado y preciso. El sonido de los utensilios chocando suavemente y el aroma creciente de la comida se fusionaban en una experiencia sensorial. Sainz estaba concentrado en su tarea, fingiendo no percatarse de su presencia.