Hoy, fue el día mas tranquilo de una semana muy movida. Esta semana, por problemas en mi casa, problemas de salud de mi familia que a mi me hacen mal, estuve durmiendo en lo de mi tía. Desde el domingo estoy acá, y la verdad me siento realmente cómoda en todos los sentidos. Pero tienen una rutina a la que no estoy acostumbrada, por eso mismo se me hacen tan largos y difíciles mis días.
Hoy, a diferencia de ayer, llegué al colegio de buen humor (como nunca, ya que en la mañana siempre estoy con mi mejor cara de 'no molestar'), había pocas personas porque era temprano. Saludé, y me coloqué al lado de la mini-estufa del aula a calentar un poco mis manos. Comenzó a llegar más gente, hasta que casi todos mis compañeros estaban en el aula y sonó el timbre.
Un tiempito después, llegó Deblyn... Ella, una de las personas que considero como amiga, una de las pocas. Llegó, con su hermosa pero ficticia sonrisa, gracias a la cual nadie se da cuenta que no está feliz. La llamó, la abrazó y "¿Qué te pasa? "- pregunto en voz baja- "¿Estás bien? "- vuelvo a preguntarle antes de que logre contestarme. Me abraza aun más fuerte y me dice "No, no lo estoy. Otra vez lo mismo, estoy cansada", como todos los días. Yo continúo abrazándola, hasta que ambas empezamos a cantar la misma canción y nos vamos bailando.
Ninguna de las dos está bien, pero nadie lo sabe, siempre estamos demostrando lo mejor de nosotras para el resto de la gente. Porqué? Por que a nadie que no sea cercano a nosotras se tiene que enterar o tiene que importarle nuestros problemas personales.
Con ella me siento identificada, pero también me siento capáz tanto tanto como para aconsejarla, ayudarla y darle mi apoyo, como para contarle mis problemas y saber que voy a tener un abrazo de ella, y que ella va a secarme una por una las lágrimas que se me puedan caer. Ella me da fuerzas, ella es una de las razones que tengo en mi vida para seguir adelante. Mi hermanita menor, el alma que va de la mano con la mía, en todo momento.
