Gyuvin jamás supo o recordó que rayos sucedió después de escuchar los aullidos.
Cuando recuperó la conciencia, ya no se hallaba en la villa, se hallaba en la orilla de una pequeña playa, tendido en la arena.
Estaba todo empapado y tenía rasmillones en sus brazos y piernas que le ardían muchísimo. Estaba aturdido, pero aún podía levantarse.
Se sentó el la arena y onaervó sus heridas. Estaba tan extrañado que otra vez, tenía la mente en blanco. No sabía nada, él nunca sabe nada. El problema es que creía que podía saber mucho más de lo que debía realmente.
Aún estaba de noche, por lo que la forma en la que llegó ahí debió haber sido fugaz. Se peñizco una cinco veces pero no estaba en un sueño. Era real. No sabía el cómo ni el porqué, pero estaba ahí.
Gyuvin miró a su alrededor, y captó que al lado de él, hundido en la arena, se hallaba un pequeño peluche de un gato negro. Su rostro no mostró ninguna expresión.
Estaba un poco, bastante molesto. Ahora, estaba más que seguro de que no merecía cosas buenas, Gyuvin merecía cosas malas como la mala persona que el se consideraba.
Podría estar gritando de la rabia, rompiendo el peluche o tirando la arena salvajemente o tirándole rocas gigantes a el mar, pero no lo hizo. Se sentía tan vacío que ni siquiera era capaz de expresar su molestia. No quería gritar, lo dejaba exhausto.
Se tendió otra vez en la arena. Pensó en quedarse ahí hasta morir desintegrado o algo así. Ya no tenía propósitos, sin la esperanza, no tenía objetivo alguno que seguir. Simplemente aceptó su desgracia.
- Si soy tan insignificante ¿Porqué el universo se da la gran molestia de arruinarle la vida? - Reflexionó, observando el oscuro cielo nocturno. Otra vez, había solo una estrella, y no podía encontrar a la luna desde ese ángulo.
Gyuvin se había quedado dormido, tanto así que se le olvidó que llevaba una ropa distinta a la que estaba usando cuando estaba en el pueblo y tanto así, que ni siquiera pudo advertir un par de pasos que se aproximaban hacia él.
Gyuvin se despertó en una pequeña habitación, estaba recostado en una camilla blanca. Era como la enfermería de una escuela. El piso era de madera y las paredes blancas. Habían unos estantes llenos de libros de medicina y al lado de la camilla un velador con una campanilla, como esas que Gyuvin usaba para llamar a sus sirvientes. Llevaba un par de vendas en sus brazos y piernas.
Ahí es cuando se percató que llevaba una camisa de mangas cortas y shorts. Ya no traía zapatos, solo llevaba unos calcetines negros. Al notarlo, creyó que le habían cambiado la ropa sin su consentimiento, por lo que no pudo evitar desesperarse. Tocó la campanilla velozmente y ansioso.
Pasaron unos segundos cuando un chico abrió la puerta de madera y asomó su cabeza. Gyuvin solo podía ver sus cabellos rojizos y sus ojos almendrados y muy rasgados. Lucía muy tierno ahí asomado. Gyuvin se le quedó mirando con duda. Luego este pasó por completo.
Llevaba una camisa muy parecida a la de él pero era blanca con unas rayas azules. Llevaba un buzo negro y unas pantuflas azules. Pudo estudiarle mejor el rostro; era un chico joven, como de unos 15 años más o menos. Era de una estatura media y tenía la apariencia de un felino, pero no pudo describir bien cuál.
El chico tenía los ojos abiertos de sorpresa, se acercó poco a poco mientras que Gyuvin lo seguía con la mirada.
- Ya te despertaste, es bueno saberlo. - Habló el pelirrojo, esta vez, regalándole una linda sonrisa.
- ¿Dónde estoy?
Al escuchar la pregunta, la sonrisa del chico se desvaneció.- No recuerdas nada ¿No es así? - Preguntó, preocupado.
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our moon † ryuvin
FanfictionGyuvin era normal, o eso él creía; Después del incidente, su hermano mayor dejó de existir y él tendrá que tomar el trono como príncipe. Soportar o ser soportado; sus sueños brillaban más que las estrellas, y cuando siguió su propio camino, fue cond...