ojos felinos

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El chico estaba dibujando en el pizarrón una enorme mariposa con los plumones del profesor, y por accidente al buscar uno de los plumones, hizo un movimiento brusco haciendo que estás temperas que se hallaban encima del escritorio cayeran al suelo.

Era una grande y bella mariposa, estaba tan bien hecha y detallada en cada centímetro que dejó boquiabierto por unos segundos a Gyuvin, porque se quedó boquiabierto más tiempo observando al rubio.

Este tenía los ojos bien abiertos y había dejado de dibujar de la sorpresa.

Gyuvin, quién había recuperado sus fuerzas de la nada se levantó del suelo.

- Lo siento. - Se lamentó Gyuvin, haciendo reverencias y rezando como si el chico fuera un dios mítico o algo así y Gyuvin había cometido un pecado letal.

El chico hizo una pequeña mueca. Pero luego su rostro se tornó serio y sombrío.

- Está bien, solo lárgate. - Respondió el rubio desinteresado.

Había algo familiar en el rostro de ese chico, un destello nostálgico se desprendía cada vez que el castaño lo observaba. Pero este estaba tan embobado que no pudo ni analizar que era ese "algo"; El chico era tan hipnotizante que parecía una ilusión óptica.

- ¿Porqué te escondes aquí? - Interfirió el castaño.

- Por ningún motivo que deba importarte, ahora lárgate.

En esta situación, Gyuvin ya se hubiera ido y llorado todo el día, pero por algún motivo extraño no veía la necesidad de querer irse.

- ¿Cómo te llamas?

El rubio cedió al juego del castaño ya que al parecer, no tenía de otra. (O la verdad es que sí, pero no quería ser enviado a dirección)

- Dime el tuyo primero. No le doy esos datos a cualquier persona que se me cruza.

Qué arrogante.

- ¿Y qué pasa si no quiero decirte?

- Pues te quedas con la intriga.

Gyuvin arqueó una ceja.

- Parece que tu rostro no encaja con tu personalidad.

- ¿Y eso es mi problema?

- Creí que eras un chico callado, amable, sereno.... Que le gustaba pasar solo el rato dibujando maripositas...

El rubio rodó los ojos con molestia.

- Y yo creí que eras un pobre sujeto pasando un mal momento.

Gyuvin hizo una mueca de disgusto.

- Me estaba muriendo.

El rubio soltó una risa burlona.

- ¿Y como era la luz en el túnel?

- ¡Cállate!

El chico no paraba de reírse.

- ¿Crees que soy un chiste?

- Agradece que almenos tienes gracia.

- ¡Escúchame bien! Yo... Kim Gyuv-min...

El chico se dió la vuelta rápidamente y siguió con su dibujo. Parecía nervioso.

- Kim Gyu-min. Ese es mi nombre....

-"Qué raro es" Murmuró el rubio.

- No creas que no te escuché.

- Te daba mi perspectiva.

- ¡Lo dices cómo si ser raro fuera algo malo!

- Te ves como el tipo de niño que comía tierra.

our moon † ryuvinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora