única parte

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Jeon Jungkook resopla dramáticamente exasperado, con el entrecejo profundamente fruncido y un puchero asomando la punta de sus labios delgados ante la información que se despliega en la página de su libro de texto. Los números abundan como una pradera insípida de margaritas recién nacidas en el comienzo de la primavera, y la inclusión de consonantes de un abecedario que no pertenece a su idioma natal solo consigue perturbarlo más de lo que es humanamente posible.

La luna llevaba reinando en lo más alto del cielo desde hace unas cuantas horas, ejerciendo su autoridad sobre la frialdad de esa noche tan densa, iluminando gran parte del campus universitario que lo había recibido semestres atrás, cuando todavía era un adolescente recién llegado a una tierra extranjera y se había alejado por millones de kilómetros de su país de nacimiento, toda su familia y la vida como la había conocido hasta ese entonces.

El rumor de las cigarras y alguno que otro grillo se cuela entre los largos ventanales de la biblioteca universitaria, aquel santuario de conocimiento y soledad para todos los que aún se encuentran sumergidos en el peso de sus libros académicos y no han podido librarse del martirio de no comprender un tema de una clase cuyos créditos marcan la diferencia de toda su existencia y futuro profesional.

No hay mucha gente, a pesar de todo. La cercanía de las horas a la medianoche ha espantado a casi todos los estudiantes que alguna vez estuvieron pegados de los asientos de madera acolchada, y Jungkook está seguro de poder contar con los dedos de una mano la cantidad de personas que quedan en el enorme salón. El problema es que no quiere volver a ver un solo número en su vida, o por lo menos, no dentro de los diez minutos de descanso que ahora transcurren dentro de su ardua sesión de pomodoro.

Le duelen los ojos aun cuando no se ha quitado sus lentes de prescripción salvo para ir al baño o pasar por la máquina expendedora durante su receso, así como también le duelen los músculos del cuerpo por permanecer en la misma posición por más tiempo del que es humanamente necesario. Un nuevo suspiro abandona la delgadez de sus labios y su lengua juguetea brevemente con el arete que atraviesa la esquina de su comisura inferior.

Exhala igual de agotado que hace un segundo y se quita las gafas para dejarlas sobre la cantidad absurda de apuntes que todavía no terminaban de entrarle en la cabeza. Se presiona el puente de la nariz con el índice y el pulgar y echa un nuevo vistazo a su alrededor.

Se encuentra en un rincón bastante apartado del resto de las mesas de estudio, entre las filas de altas estanterías repletas de libros de no ficción y un sinfín de géneros que ahora no le pueden importar menos. La tenue luz que proviene de la pantalla de su computador portátil es la única fuente de iluminación que no le hace sentir que forma parte de alguna película académica oscura, y el chasquido del enorme reloj que cuelga del centro del lugar lo mantiene con los pies sobre la tierra y algo alejado a la locura.

Gira el rostro en su dirección para comprobar la posición de las manecillas, y por un instante, no puede creer que todavía le falta una sesión completa de sesenta minutos de puras y tormentosas ecuaciones complejas. Va a volverse loco. Está completamente seguro de que perderá la cabeza y se entregará a las garras de la demencia si ve un dígito más.

Se estruja la cara con pesar, vuelve a respirar todo lo silencioso que la biblioteca le permite y se pone de pie para estirar la espalda, los brazos y las rodillas. Se siente el trasero entumecido, y considera que es una buena idea pasar a buscar una botella de agua cuando de pronto, su teléfono vibra en la alerta que le anuncia que sus diez minutos de gracia han acabado.

Jungkook jadea sin poder creerlo. La indignación de que el tiempo haya pasado con esa velocidad lo desconcierta hasta querer hacerle llorar y no puede evitar cubrirse el rostro con ambas manos y doblar el torso por la mitad en un claro lamento de su existencia.

When I met him ✿ taekook au! | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora