Nocovember

Envejecidos

Durante su casamiento se reflejaba su tranquilidad en exceso; el hindú solo se alegraba con una mirada perdidamente enamorada de la azabache a su frente. El vestido blanquecino de la aspirante a abogada se relucía hasta los suelos por su longitud extremadamente ancha, absorto en el amor eterno.

Le tendía a brindar su símil paz áurea a Emma, la sonrisa de esa fémina era radiante por la boda que le expulsaba unas escasas lágrimas de sus cuencas. Pero no serían de melancolía cómo la mayoría pensaría; su jocundo carácter se presentaba más que nunca en su proposición.

Sus yemas se entrelazan sin necesidad de oraciones para subsistir; con Noah y su sensación creciente de ya unirse con ella directamente por sus labios que deseaba probar cómo siempre hacía.

"¿La amas?" Esa incógnita trazada se fragmentó durante el duelo de vistas amistoso; con el varón apretando su agarre por la adrenalina que recorría sus venas.

"Si." Declaró con confianza por su atención a los detalles cuando se trataba de la mujer; a la cual se le derraman más esos cristales que por su fulgor lo atraen.

"¿Estás dispuesto a hacer lo que sea necesario para quedarte con ella?" El hombre se voltea a sus espaldas durante la diversa pregunta de respuestas concisas, oyendo a su amada recalcar; 'dios mío, mi prometido es tan leal... Estoy tan feliz'. Ahí fue cuando presenció a su castaño con una curvatura esbozada que muestra su dentadura faltante, saludando y con su ilusión siendo ese traje que se le veía tan... Atractivo.

Sus mejillas estaban bailando entre el gran conjunto de flores carmesí, iguales de rojo ardiente cómo sus pómulos momentáneamente. Sentía la brisa del clima abrazándolo con cierta fuerza.

Ese resplandor de sus zafiros le aglomeran lealtad sin una aparente reacción, así siendo cautivado por sus rasgos a los que se ató tanto tiempo sin confesarle su afección... su silencio fue interrumpido cómo una lluvia torrencial a el arcoiris por cómo sus turmalinas se enfrentaron con las de su prometida, así para responder con el movimiento de sus palmas abiertas a sus costados.

"... Nahhh." La facción atónita de todos se representa además de la cólera infiltrada en el aire. La dama a sus órdenes parpadea, asumiendo que es un chiste de él pero entonces ahí es cuando se percata.

Su marido se marcha de esa zona cargado por su primer y único amor; Cody, en medio de un beso apasionado que desprende las vibras de un hilo bermejo oculto que siempre los conectó sin pesares, aislándose del mundo que los criticaba.

Aquel que cuestionó a la pareja está indescifrable, con la sombra de una Emma indignada además que boquiabierta mientras se enfoca en cómo su novio se despide con un invitado. Su hermana le toma unas cuántas fotos a las acciones, todo para publicar esas selfies en las redes y obtener fama. Las rosas de los mechones de la abogada se marchitan, además de los alaridos ininteligibles de la multitud.

"Bueno, supongo que el poder del amor triunfó... No exactamente el de los prometidos, pero al menos triunfó." La rubia de esencia meliflua espantó a Emma la cual se sobresaltó, así vigilando a la llamativa lectora de auras.  "¿Qué?"

"Cody osito se fue, Emma..." La de hebras moradas fue el soporte de la de vestuario, que con impía circulación se avecina. "Hey, ¿Qué estás- ¡Mph!" Se le fue su alivio cuando ese roce de comisuras la encadenó al afecto que se prometían mutuamente a través de poemas anónimos.

Ahí fue cuando una cita se imitó un prístino acoplar a cupido que arrullaba con su armonía; siendo la inspiración de los poetas más gráciles de la humanidad.

No sé amigos ví un vídeo en Instagram d esto y dije; wtf le queda perfecto (eso tilín)