Acapulco Guerrero, la tierra donde calienta el sol en la playa... Lugar de historia, de vida costera, de buenas personas, de vacaciones y memorias para muchos mexicanos y extranjeros. Pero lo más importante hogar de 779 566 hermanos Mexicanos, de personas trabajadoras y felices. De personas que quieren salir adelante y que viven del turismo de la ciudad.
Nuestra historia comienza el 22 de octubre de 2023, mi esposa Katerina, su prima Svetlana junto con su esposa Wendy, su hija de 3 años Elena y yo habíamos planeado un viaje a Acapulco. Yo soy mexicana y ellas son de República Checa. Ahora vivo en República Checa con mi esposa y no habíamos estado en México en dos años, Acapulco era un destino que nos emocionaba mucho a todas. Playa, sol y arena, tequila y unos buenos mariscos sonaban increíble para nuestros oídos.
Comenzamos nuestro viaje al mar la mañana del 22 de octubre tomando un camión y nos dirigimos a pasar unas vacaciones que no olvidaríamos nunca.
Llegamos a la estación de Diamante y fuimos por nuestras ¨provisiones¨para las vacaciones, nos dirigimos hacía el super y compramos cervezas, tequila y comida. Felices tomamos un taxi para que nos llevara al departamento donde nos hospedaríamos hasta el viernes 27 de octubre.
Con las cervezas bien frías y el traje de baño puesto, disfrutamos de la comida Acapulqueña más rica que hemos probado...unos camarones empanizados con coco, una delicia. Comenzamos a disfrutar del paraíso, chapuzones en la alberca y una buena plática. Svetlana y Wendy estaban muy felices y agradecidas de que las invitamos con nosotras a México, me decían que estas vacaciones eran su luna de miel, ahora pensando en ese comentario se me estruja el corazón....
Hicimos planes para los siguientes días, uno de los planes era ir a la famosa Quebrada y ver a los valientes clavadistas, también queríamos ir con mi papá que vivía en Acapulco a la Roqueta. También queríamos ir por mariscos a los restaurantes cerca del mar... tantos planes que solo fueron sueños que nunca se cumplieron.
La felicidad son instantes que hay que saborear y comerlos con gusto en el momento que suceden, porque son momentos rápidos que se pueden esfumar en un abrir y cerrar de ojos.
El día 23 fue más de lo mismo, un buen rato en la alberca, un poco de sol en el mar y unos camarones en uno de los restaurantes que se encontraban junto al hotel Princess, ese día todos los restauranteros nos invitaban a sentarnos en sus restaurantes, a vivir el momento, a disfrutar de la deliciosa comida y a ver el atardecer que sería el último que se vería en la normalidad y en la rutina del Acapulco antes del desastre. Sentimientos de tristeza, impotencia, enojo inundan esos recuerdos. Esos restauranteros con tantas ganas de dar un buen servicio un día antes para el siguiente día perderlo todo. Duele verlo ahora así.
Disfrutamos de unas cervezas, camarones y pescadillas en la orilla del mar, con el hermoso atardecer que tanto caracteriza Acapulco, pagamos, dimos las gracias y nos regresamos al departamento. Al siguiente día iríamos a caminar con mi papá al ¨Chepe¨,una montañita llena de venados que se encontraba cerca de la costera.
El día del desastre estaba por llegar y no lo sabíamos...
ESTÁS LEYENDO
Profunda- Nuestras horas en el Huracán Otis
AdventureLos seres humanos nunca pensamos que algo terrible pueda sucedernos, pensamos que los desastres le pasan a otras personas, que son cosas que vemos día a día en las noticias, en Twitter o en Tiktok... pero no es algo que nos vaya a pasar a nosotros...