La rutina de Spiderman:

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Al bajar del autobús, fui corriendo a la tienda de Delmar.

- Buenas tardes Peter! - Me dijo feliz.
- Buenas tardes Delmar! - Le conteste igual de feliz.
- Déjame adivinar...lo de siempre? - Me preguntó.
- Si...por favor, y huevos! - Le dije.
- Thompson! Hazle un sándwich al niño! - Le dijo Delmar a Rodríguez , un chico que lo ayudaba.
- Ahorita voy señor. - Le dijo Rodríguez.
- Y cuéntame, cómo te va en la escuela? - Me empezó a preguntar, el siempre hacia eso, era un buen hombre.
- Mejor hasta donde se puede señor! - Le dije.
- Me alegro! Espero que te esfuerces de verdad muchacho, créeme...yo no fui tan dedicado, ahora mírame, aquí estoy para siempre, y espero que no termines como yo. - Me dijo señalándome toda la tienda.
- Ya desearía señor. - Le dije sarcásticamente.
- Jajaja...si...y...cómo está tu tía May? - Me preguntó.
- Trata de seguir adelante...pero aún le cuesta. - Fue lo que le dije, tratando de sonar animado, pero era difícil.
- Si...tu tía es una mujer fuerte, pero aún tienes que cuidarla. - Me dijo el señor Delmar un poco serio.
- Siempre la cuido. - Fue lo que le dije.
- Eres un buen muchacho Peter, aprovecha ese don que tienes. - Me dijo señalando mi cabeza.
- Aquí está el sándwich! - Dijo Rodríguez.
- Gracias Rodríguez! - Le dije recibiendo el sándwich y los huevos.
- Cuídate muchacho! - Me dijo Delmar antes de voltear.
- Gracias...igualmente. - Le dije y me fui de allí.

Fui a un callejón, yo lo llamaba mi "callejón secreto" aunque sinceramente presentía que algún día alguien me descubriría allí, pero para mientras, me quite el uniforme y lo guarde en mi mochila, colgué mi mochila en un basurero, y me puse mi traje.

Mientras iba trepando por la ciudad, probando si mis nuevas telarañas funcionaban, vi como un grupo de patos caminaban tranquilamente, sin darse cuenta de que un camión se dirigía a ellos, llegue a donde estaban los patos, se asustaron cuando aterrice cerca de ellos.

- No! No! Tranquilos! No les haré daño!

Se iban a ir volando, pero tuve una brillante idea, les mostré mi sándwich, y mientras se los mostraba, me siguieron hasta llegar a la otra esquina, y al final pues...no tuve de otra que regalarles mi sándwich 🥪
Pero valió la pena por esos animales.

Después de eso, vi como un hombre con máscara de ladrón, iba manejando una bicicleta a toda velocidad, corrí a detenerlo, me puse en frente de él, y este se detuvo, le puse mi telaraña en su hombro y le dije:

- Me sostienes esto por favor!

En ese momento la telaraña lo mandó lejos, colgando en frente de una tienda, agarre la bicicleta y empecé a preguntar a quien le pertenecía:

- De quien es esta bicicleta? A alguien le pertenece esta bicicleta? Alguien? Disculpen?

Mire a una señora que tenía un cuaderno en la mano y estaba escribiendo, así que le pregunté:

- Señora disculpe...me puede dar un papel...y su lápiz por favor?

Escribí en el papel: Esta bicicleta fue robada, le pertenece a usted?

La dejé cerca de una tienda para que la gente lo viera cada vez que pasara, después de eso, mientras miraba la ciudad encima de un edificio, vi como una señora bajaba de un autobús, y estaba a punto de cruzar la calle, pero sin darse cuenta que un auto iba hacia ella, baje rápidamente y detuve el auto antes de que ocurriera un accidente.

- Alto! - Fue lo que le dije.

Mire a la señora y le pregunté:

- Está bien señora?!
- Si...gracias hijito. - Fue lo que me dijo un poco avergonzada.

Me puse a la par de ella, le ofrecí mi brazo y le dije:

- Crucemos la calle juntos.

Ella me agarro el brazo y juntos llegamos a la otra esquina, cuando llegamos, la señora me dijo:

- Gracias jovencito...como se lo puedo agradecer?
- No tiene que pagarle con nada señora, fue un placer ayudarla. - Le dije.
- Oh mire! - Me dijo, señalándome un carrito de churros que estaba en frente de nosotros.
- Ay no! No se moleste señora! - Le dije amablemente.
- No es molestia! Usted me ayudó y yo le pagaré. - Fue lo que me dijo.

Le pidió al señor del carrito un churro, y cuando esté se lo dio, la señora busco en su pantalón su billetera pero se le cayó, así que le dije:

- Yo de lo recojo!
- Gracias muchacho. - Me dijo la señora cuando le di su billetera.

Después de pagarle al señor, me dio el churro y me dijo:

- Gracias de verdad jovencito!
- No hay de que señora, cuídese. - Le dije y me fui trepando de allí.

Mientras comía mi churro, reflexione sobre las cosas heroicas que había hecho ese día, pensé que:

- Sin duda alguna...el tío Ben estaría orgulloso de mi...ojalá estuviera aquí.

Pero mis pensamientos fueron interrumpidos al ver cómo unos hombres "misteriosos " estaban entrando en un banco, y no había nadie en ese momento.

- Ok...es hora de ser héroe otra vez. - Dije mientras me terminaba mi churro y me ponía mi máscara.

Spiderman: In my Home:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora