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Tres semanas después

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Tres semanas después.

―Te espero a las 6 p.m. No tardes.

―No lo haré, Nammie ―sonrió Jin mientras se levantaba del cómodo sillón de su sala de estar.

―Más te vale ―río Namjoon al otro lado de la línea―. Te veo más tarde, te amo Jinnie ―dijo antes de colgar.

Al finalizar la llamada, Jin se dirigió al cuarto de aseo. Cuando observó su reflejo en el espejo, sonrió nervioso. Después de todo, esta sería su primera cita con Namjoon. La sensación de las mariposas revoloteando en su estómago estaba presente desde aquella noche que pasaron juntos en la fiesta del primo de Jungkook -el cual Jin ya no recordaba el nombre.

El día siguiente había sido un revoltijo de emociones, todo era bastante nuevo para el rubio, ya que nunca antes se había sentido así. Pero le gustaba.

Le gustaba la manera en la que Namjoon lo hacía sentir. No sabe si estos nuevos sentimientos hacia su mejor amigo siempre habían estado allí y los había ignorado, o simplemente aparecieron de la nada luego de aquella caliente noche, pero a Jin le gustaba.

El rubio le había pedido una oportunidad para demostrarle que podía hacerlo feliz.

La cosa era que Namjoon lo hacía feliz, desde que lo conoció, un par de años atrás, éste había alegrado sus días. En Namjoon pudo encontrar un amigo, un confidente. Era su más grande apoyo, la persona que mejor lo conocía.

El pelinegro era una de las personas más importantes en la vida de Jin, eso nunca lo negaría. Pero una cosa era que amara a Namjoon como a un hermano y otra muy distinta era verlo como un interés amoroso.

Al principio había estado algo confundido, le había tomado un par de días darle una respuesta a Namjoon.

Le había dicho que sí.

Lo hizo por que sabía el tipo de persona que era Namjoon. Lo hizo por que desde aquella noche no había dejado de pensar en él, aún cuando se encontraban juntos en la misma habitación.

Y también lo hizo debido a aquella agradable sensación que recorría su ser cuando veía a Namjoon sonreír. Le agradaba. Quería seguir sintiéndose así.

Y aunque tal vez no resultara como esperaba, Namjoon le había asegurado que nada cambiaría.

Pase lo que pase, siempre estaré aquí para ti, le susurró cuando lo había tomado entre sus brazos ante la respuesta de Jin.

Y una semana después de lo ocurrido, el pelinegro sentía que ya estaba enamorado. No sabía si era la denominación correcta para aquel sentimiento, pero era lo más cercano, ya que nunca antes se había enamorado. Pero enamorarse de Namjoon era fácil. Casi instantáneo.

Como si siempre hubiera tenido aquellos sentimientos hacia su mejor amigo, los cuales habían sido finalmente despertados luego de aquella noche.

Las cosas no habían cambiado mucho entre ellos luego de aquello. Hacían lo que siempre solían hacer. Excepto por que ahora Namjoon lo trataba de una manera más afectuosa. Y eso le agradaba a Jin.

Además, Namjoon le decía constantemente te amo. Aquello siempre provocaba que Jin se sonrojara. Por que Namjoon le había dicho que ahora que Jin sabía de los sentimientos que el menor tenía hacia él, ya no tenía por qué impedirse al expresárselo con palabras. Y aquello provocaba que el corazón del rubio latiera más rápido de lo normal.

Namjoon no volvió a besarlo luego de aquella mañana en la que el rubio lo había hecho, y Jin sentía que perdía la cordura cada vez que su ¿mejor amigo? le regalaba aquella sonrisa de niño tímido que tanto lo caracterizaba.

Por que aparte de aquellos sentimientos que florecían en su interior, el deseo hacia Namjoon también estaba presente. No podía dejar de recordar aquel encuentro, la manera tan especial y única con la que el menor lo había tocado. Tan suave y posesivo a la vez. Tan placentero.

Jin no paraba de imaginarse el cuerpo desnudo de Namjoon sobre él mientras le susurraba palabras dulces y sucias. Aunque no hubo penetración en ningún momento, aquella había sido la experiencia sexual más placentera que Jin había tenido. Y deseaba más, mucho más.

Pero Namjoon quería tomar las cosas con calma, quería que Jin estuviera seguro de que quería estar en una relación con él.

Y es por eso que en aquel momento -luego de salir del cuarto de aseo- se encontraba sentado en el piso de su habitación, intentado encontrar la caja que tenía siempre oculta debajo de su cama.

Cuando logró agarrarla, la colocó sobre la cama antes de empezar a desnudarse.

Se acostó sobre la cama, abriendo la caja para poder sacar de ella un largo dildo de color negro. Sacó de la mesita de noche un tarro de lubricante para poder embadurnar el pedazo de plástico con él, ya que desde hace tiempo que no tenía relaciones.

Sabía que aquel dildo no se compararía con la forma en la que lo haría sentir Namjoon, pero estaba algo desesperado. Jin era una persona activa sexualmente, y no tenía la costumbre de no tener relaciones durante tanto tiempo.

De todas formas, Namjoon no volvería a casa aquella tarde. Jin se encontraría con él a las seis en el parque del campus para su primera cita, así que tendría el tiempo suficiente para descargar su frustración sexual antes de encontrarse con el menor.

 Jin se encontraría con él a las seis en el parque del campus para su primera cita, así que tendría el tiempo suficiente para descargar su frustración sexual antes de encontrarse con el menor

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mayores | namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora