EL RECLUTA

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El hombre en el campo, observa a un grupo de jóvenes en marcha hacia lo que era la antigua granja de calabazas.

__Tal parece, que hay nuevos reclutas este invierno.

_ ¿Más? Parece qué no fueron suficientes perdidas en el asedio anterior.

__ Oh, claro que las hubo, pero poco les importa. Y los jóvenes se agrandan con estos cuentos baratos de gloria y orgullo. Y no dudan en enlistarse.

El hombre posa la mirada perdida en el cielo sumergida en una tenue penumbra_ "Gloria eh"... La muerte, la sangre, el fango entre metiéndose en los dedos y botas y en cada ranura o orificio de tu cuerpo, el olor que percibes en el aire tan denso y sofocante... la putrefacción. Ruegas porque acabe, preguntas por qué pasó y nadie te da una respuesta porque nadie a tu alrededor la tiene solo tienen las mismas dudas, los mismos miedos y enojos. Y de la nada, el olor cambia a azufre y sabes... Que morirás. Pero supongo que tiene más belleza nombrarlo "gloria".

El el segundo hombre baja la mira en señal de arrepentimiento
__ Perdóname, Hoilier. No quería traerte esos recuerdos a la mente.

Hoilier_ No te disculpes, Ders. Estas cosas jamás se van, siempre estoy recordando y debo vivir con eso.

Ders__ Está guerra nos ha quitado mucho, ¿no es así?

Hoilier _ Ésto no es una guerra, Ders. Es un exterminio, y quién será el último sobreviviente aún no está por definir, quién sabe, quizá termine por ser ninguno y terminemos muertos todos.

 Hoilier deja salir una pequeña mueca semejante a una sonrisa

Ders, responde con un gesto similar

Ders__ Mmm.

___ ¡Oigan ustedes dos! ¿que hacen? Dejen de perder el tiempo y pónganse a preparar la tierra, hay un campo que preparar.

Ders__ ¿Preparar la tierra? cual tierra si cada vez está más muerta.

Hoilier lo mira y mira hacia el grupo de jóvenes que marchaban juntos

Hoilier __ Quizás este invierno sea distinto.

 
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Marchando en filas de diez se encontraban un grupo de jóvenes de todas partes de la región. jóvenes he inexpertos preparándose para ser parte de la legión de jinetes, uno de los regimientos más temidos y de los que quedan ya muy pocos. Pues pocos son los valientes quienes se ofrecen para entrenar como jinestes o los pendejos como los suele llamar Hoilier

Eran los que más entrenaban muchos incluso desistían durante el entrenamiento, muchos otros morían en la primera batalla y aquellos que sobrevivan rara vez lo lograban en la segunda. Así el jinete más veterano y aún en servicios había participado solo en tres de estás batallas, mientras que el ahora teniente general había sobrevivido a cinco, pero este ya era demasiado mayor como para montar.

En silencio y con mirada decidida caminaba uno de ellos, en sus pensamientos solo estaba el volverse uno de los mejores jinetes adentrarse a la batalla y vengarse. Pero desconocía que para lógralo tendría que sobrevivir a la mayor prueba que es también la primera, debe montar su primer dragón.

La Sangre De DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora