P R Ó L O G O
El gélido viento de la noche atravesó a mi rostro, mi cuerpo se encuentra en plena calma debido a la serenidad que recibo del lugar en el que me encuentro. Unas cuantas gotas de lluvia caen en mi cuerpo, empapándome mi cabello y toda mi ropa. Los risos castaños se pegaban a mí frente al estar mojados, molestando un poco mi visión al bloquearla, pero la verdad es que casi no me importaba. También mis ojos ardían y lo más seguro es que estuvieran rojos, debido a las lágrimas soltadas hace un par de minutos.
Inhale y exhale de manera continua, intentando mantener respiración constante, la cual había retenido al caminar hacia aquí. El correr y subir las escaleras a gran velocidad bloqueó mis pulmones impidiendo respirar, cosa que si no arreglaba lo más probable es que muera asfixiado y no de hipotermia, que es lo más seguro que pasara si sigo aquí.
Lleve una mano temblorosa a mi pecho mientras volvía a abrir los ojos, los cuales miraron hacia abajo, una sonrisa diminuta bailó por mis labios, al ver la hermosa vista que tenía. Desde mi altura podía ver la mayoría de New York bajo mis pies, pero algunas nubes me bloqueaban un poco la vista. Tener la oportunidad de subir la azotea del edificio más elevado de New York: el The International Peace Building, te brindaba la oportunidad de contemplar New York en todo su esencia.
Los edificios se mostraban iluminados de manera divertida. Los pocos casinos de la zona contaban con una iluminación de colores y gamas, haciéndose destacar, lo cual posibilitaba que New York no fuera tan aburrido. Asimismo, se podía observar numerosos parques y algunas atracciones turísticas, otorgando un toque más agradable al lugar.
Sí, se podría decir que esta vista era bonita, digna para recrearla en un gran retrato, bueno si supiera dibujar.
Me agradaba visitar este sitio, ya que me otorgaba mucha serenidad, es uno de los pocos lugares que lo hacía. La vista que me obsequiaba era algo agradable, algo que otros lugares de New York no ofrecía. Encuentre este lugar hace unos meses, cuando me dispuse— gracias a mi psicólogo— a buscar un lugar en el que pudiera relajarme y no pasar todo el día estresado, eliminando esos pensamientos que tanto me atormentaban.
De acuerdo con el señor Rider, mi psicólogo, en caso de que algo te atormente, es prudente alejarlo, y evitar la presencia de la acción que te causa daño y crear una nueva actividad. Pero ahí surge mi situación, ¿cómo uno puedo alejar la mente? ¿Cómo puedo lograr que esos pensamientos se alejen de forma repentina?
La mente me ha hecho sentir muy mal estos últimos meses, lo que afecta mi cambio de humor y las ganas de hacer las cosas. Utilizamos diversos métodos, muchas formas de distraerme, desde cantar canciones, escribir, hasta dibujar, pero ninguna me resultaba útil. Canto muy desafinado, me estreso y termino mal; cuando escribo hace que recuerdos de mi pasado que tanto me ha costado alejarlos, regresen como un soplón del viento y término también mal; cuando dibujo las líneas salen todas chuecas, también me estreso al no agarrar forma y nuevamente termino mal.
Sí, no me ayuda.
Asimismo, intente caminar en los parques, entrar a un equipo de deporte, jugar videojuegos, leer, cocinar, mejor dicho, trate varias cosas, nada me sirve, nada aleja esos pensamientos que solo me dañan.
Hasta un día, me acuerdo perfectamente de ese día, en que me dijo que paseara toda New York, buscando un lugar en donde sintiera paz, por así decirlo, un lugar seguro.
Me propuse esa meta. Busque y busque, hasta que encontré este lugar, la azotea de un edificio, en donde la escoria que tanto me jodió trabajaba.
¿Jodido no?
Encontrar por fin un lugar de tranquilidad, un lugar que te tranquilice, en el que puedas pasar la mayor parte de tu tiempo sin que esos pensamientos perturbadores te llenen la cabeza tomando decisiones peores, y que, en efecto, ese lugar se encuentre en un edificio en el que esa persona, en donde esa escoria, que tanto te jodió la vida, que te pisoteó hasta que eras cenizas, trabajé.
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Una Razón Para Existir
RomanceUna razón para existir: Liam es un joven que se dirige junto a su madre a un pueblo desconocido con el fin de olvidarse de la nostalgia del pasado. Lo que no sabe es que el pasado puede encontrarte y hacer desastres, quitando algo valioso que duele.