Headhunters

Prologo

Para ser claros, mi hermano Darren es un loco. Un psicópata. Un maniatico. No tengo idea del porque tiene licencia de conducir. Este chico conduce como si tuviese amputadas ambas piernas.

Según dicen que entre mi casa y el instituto hay unos ocho kilometros. Pero con Darren conduciendo son tan solo cinco minutos.

Darren estaciona el auto en el porton del estacionamiento del instituto. Me parece extraño que el portón no esté abierto. Lo se, es temprano pero a esta hora siempre hay gente. Raro. Muy raro.

- ¿Por que estará cerrado? - dijo Darren.

- No lo se -. dije -, se supone que hoy abría clases, pero no está abierto el portón.

- ¿No hay clases? - dijo.

- No lo se, ¿Entramos? - sonreí.

Asintió.

Abrimos el porton y el arrancó el auto. Entramos al estacionamiento y estacionó en el puesto mas cercano a la puerta del instituto.

- Bueno, ¿te paso a buscar a la salida? - dijo.

- Si claro - dije -, recuerda que solo es medio día.

Si, hoy es el ultimo día de clases en el instituto y se estimula un día de bromas a los directivos, de parte de los chicos que se graduaran hoy. Al igual muchos deciden vengarse de algunos profesores, ya que estos son una mierda y por suerte su materia no se verá en el siguiente año. Planeo hacerlo con la profesora de español. El año que viene me dará clases otra profesora, por suerte.

No se por que pero odio el español.

Entré al instituto dando pasos cortos, con el más sumo cuidado, pues las alarmas nocturnas deben de seguir encendidas. Son invisibles. Paso con cuidado por el corredor y me acerco a mi casillero, coloco la combinación 5-30-0-11-11. No funcionó, debí hacerlo mal. Lo volví a intentar. Lo logré.

Saqué mi libro de historia estadounidense y lo guarde en mi mochila.

Salí de allí.

Planeaba seguir de largo por el instituto pero tenia ganas de tomarme un café, sabia que Simona la jefa de la cafetería no había llegado.

La máquina de cafés estaba activa como siempre así que decidí tomar mi taza. No puede ser, la dejé en el casillero.

Troté hasta el casillero y coloqué de nuevo la combinación. Busqué entre mis cosas y saqué mi taza.

Corrí hacia la cafetería y agarré un capuccino.

Salí y caminé por el corredor. Iba llegando a la sala de biología y sentí un olor extraño. Una sensación diferente, nunca me había sentido así.

Tomé un sorbo de mi café al que por cierto olvidé colocarle azúcar.

Seguí hasta llegar a la cartelera de calificaciones, aun no han colocado las notas del trimestre.

Llegué a la puerta de mi aula de historia, solo tenia que entrar, intenté abrir la puerta pero no podía, estaba cerrada con llave.

Otra vez ese olor.

Coloqué mis manos alrededor del marco de la puerta y encontré una llave de color dorado que tenia la palabra 'History' tallada en ella.

Coloqué la llave en la cerradura y la giré dos veces, ya está. Giré el pomo de la puerta esperando llegar con el salón vacío para poder encontrar el libro que el profesor Santino me quito durante la lección del viernes pasado.

Tomé el libro del escritorio y me senté en el primer puesto de enfrente. Otra ves el olor.

Me levanté de mi asiento y me giré hacia el otro lado del salón cuando encuentro algo que no debí de ver.

¡Está muerto! ¡Está muerto! ¡Dylan!

Dylan es un chico de mi clase que es casi invisible, pero ¿por qué iba a suicidarse?

Estaba colgado del cuello con una cuerda amarilla de un grueso del doble de mi pulgar. Tiene la lengua completa afuera. Cerca de setenta centímetros de lengua afuera y los ojos rojos abiertos como si se los pincharas.

Bajo el había una hoja de papel dobladas en ocho partes, la tomé del suelo aun sin la voluntad de observarlo definidamente a los ojos.

"Hola Brook, sabia que leerías mi nota..." - decia el papel. Espera, ¿como sabia que yo la leeria?- "... Se que te sorprende el verme así. Escribo esta nota para despedirme de la mierda de mundo en la que vives. Lo lamento por ti. Por cierto, fui yo quien cerró el portón de la entrada y decidí colgarme cuando ví que tu hermano se estacionó. Solo quiero advertirte de la gente con la que compartes, todos tenemos una segunda cara y un lado oscuro. Solo ten cuidado. Nos vemos pronto cariñito"- decía.

¿Cariñito?... ¿Pero que carajo acaba de pasar? ¿Me tengo que cuidar? ¿De quien? o ¿De que?.

Dejé caer mi taza de café al suelo.

No pensé en hacer nada, ni siquiera en tocar en cuerpo, solo corrí.

No me despedí de mi hermano y vi como ya había llegado gente, habían personas en los corredores y en el estacionamiento.

¿Que voy a hacer?

Corrí y salí del instituto. Paré un taxi afuera y este me llevo a mi casa.

Me acosté bajo las sabanas a preguntarme que fue lo que sucedió allá.

¿Por qué de tantas personas en ese maldito instituto me escogió a mi? Sabrá de nuestro don?

*****

Mi hermano y yo nos dedicamos a cazar, hallar, rastrear o exterminar a cualquier fantasma que quebrante las leyes, entre los mundanos y la liga sobrenatural existente. Esta balanza no puede ser quebrantada, ya que si se quebranta, será el fin del mundo, nosotros mantenemos a un fantasma, llamado Dylan, el cual se convirtió en mi mejor amigo, nos ha salvado el pellejo muchas veces, nos pidió ayuda, ya que el no se suicidó... Fue asesinado, y no precisamente fue un humano.