Esta es la historia de un príncipe llamado Jeon Jungkook cuyos padres, siendo reyes de un reino lejano, lo visten y tratan como una princesa. Sus padres anhelaban tener una hija, pero debido a circunstancias médicas ya no pueden tener más hijos. Des...
Las sirvientas del reino Jeon se apresuraban de un lado a otro, llevando telas exquisitas, flores fragantes y candelabros brillantes para decorar el majestuoso castillo en preparación para la boda real. Con gracia y diligencia, adornaban cada rincón con encajes finos y seda reluciente, creando un ambiente de ensueño. Los jardines se llenaban de pétalos de rosa y jazmín, mientras que las paredes del castillo brillaban con la luz de las velas. El sonido suave de la música flotaba en el aire, añadiendo un toque mágico a la atmósfera festiva que envolvía al reino en anticipación a la celebración real.
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Las sirvientas del reino Jeon continuaban con su labor meticulosa, sin percatarse de la falsa felicidad que los padres de Jungkook mostraban mientras observaban los preparativos de la boda. Con sonrisas forzadas y gestos exagerados de orgullo, la reina madre y el rey padre se esforzaban por aparentar una alegría que en realidad no sentían.
La reina madre, con su elegante vestido de seda y joyas relucientes, elogiaba cada detalle de la decoración del castillo con entusiasmo exagerado, mientras que el rey padre asentía con gestos teatrales, ocultando su desdén detrás de una máscara de cortesía. Ambos conspiraban en silencio sobre los beneficios económicos que obtendrían con esta alianza matrimonial, sin importarles los verdaderos sentimientos de su hija.
Mientras tanto, Jungkook, atrapada en un destino impuesto por la ambición de sus padres, se sentía muy nerviosa ante la inminente boda con el rey Kim. A pesar de no conocerlo, una extraña sensación de ansiedad la invadía, como si presintiera que el rey la estaba salvando de algo más grande y oscuro que desconocía. Con el corazón acelerado y la mente llena de incertidumbre, Jungkook se preparaba para unirse en matrimonio con un hombre del que apenas sabía nada, pero cuya presencia le generaba una extraña esperanza de todos lo que la rodeaban.
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Mientras las sirvientas maquillaban a la princesa Jungkook con delicadeza y esmero, creando una aura de elegancia a su alrededor, los reyes Jeon irrumpieron en la habitación con gestos serios y decididos. El rey se acercó a Jungkook con paso firme y anunció con voz grave:
- "Princesa Jungkook, necesitamos hablar contigo de un asunto urgente. Por favor, permítenos unos momentos a solas."
Las sirvientas intercambiaron miradas nerviosas entre ellas, sintiendo la tensión en el aire mientras se retiraban discretamente de la habitación, dejando a la princesa a solas con sus padres. Jungkook, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, se preparó para escuchar las palabras que estaban por venir, sin saber qué giros inesperados tomaría su destino en ese momento crucial.
