VIII

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La noche no tardó en llegar .

Escuchó el llanto de la rosada un buen tiempo que incluso le devolvió el abrazo para calmarla, pero nunca dejo de llorar.

Seguían abrazados toda la noche. Tenía ganas de apartarla pero entendía que necesitaba un apoyo por lo sucedido. Apesar de vivir en el pueblo , verla casi todos los día nunca la vio de esa manera, tan asustada y temerosa e incluso vulnerable.

El frío era algo fuerte y no tuvo más opción que dejar a la rosada durmiendo abrazada a él . Lloro demasiado en silencio que se quedó dormida acomodándose mejor en su pecho.

Suspiro rendido.

Estaba demasiado cansado para apartarla y escuchar sus quejas que no lo hizo. Tuvo que recostarse con ella en medio del suelo ya que no podía dormir sentado sin nada de apoyo en su espalda y con el peso extra de la rosada. Agarró con cuidado su cintura al sentir su respiración lenta, y se acostó despacio en la tierra sirviendo como una clase de cama con su cuerpo, ya que ella se acurrucó arriba de él de inmediato sin decir ninguna palabra.

Redobló casado una ves en el suelo. Se preguntó por dentro cuando tiempo estaría de esa forma sin llegar al pueblo.

Miro el cielo por un momento. Todo era extraño, jamás había visto esa clase de lugar en sus viajes ¿Donde diablos estaban? Cerro los ojos tratando de dormí aunquesea un poco. Mañana sería un día complicado para ambos y lo mejor que podían hacer en esos momentos era descansar, pero después de unos simples segundos no pudo hacerlo . Entre abrió los ojos de inmediato algo cansado al sentir el temblor proveniente del cuerpo de la rosada.

Eso no lo dejaría descansar en ningún momento.

Ella estaba temblando de frío por el viento arriba de él y eso podía sentirlo. Era obvio después de todo. Su blusa estaba totalmente mojada que incluso podía sentir su pecho mojarse lentamente aumentando el frío en ambos. Él podría resistirlo pero si ella dormía de esa manera estaba seguro que al día siguiente se encontraría enferma.

Maldición

Negó la cabeza algo frustrado cerrando los ojos. Pero luego de unos minutos los abrió por completo y la miro atentamente.

Algún día .. se dijo mentalmente un tanto molesto.

La mano que sostenía su cintura se movió con cuidado arriba de sus prendas, y en un delicado movimiento la giro despacio sin despertarla poniendola a un costado de él.

El viento casi podría decirse que provenia del lado contrario de ellos, así que, se giró de espadas a el para luego atraer el cuerpo de la rosada en su pecho hasta envolverla entre sus brazos y evitar que temblara de frío.

La rosada metió sus manos por acto reflejo y se acurrucó mejor en medio de su cuerpo apoyando su mejilla debajo de su cabeza, casi metiendose en su cuello. Y por fin, logró descansar tranquilamente apesar del duro suelo.

El azabacache sintió su aliento tranquilo en esa, sona suspirando acopladamente. Claro. Ella podía dormir dónde quiera , mientras él tenía que aguantar el frío. Se reprochó por dentro.

Donde quedó la pequeña llorona que no le tenia miedo a nada? pensó. Sonrió irónico al pensar en eso. Ahora le gustaría echarle en cara todos esos momentos cuando se sentía capas de hacer lo que quisiera.

Quizás un día se lo diría , e incluso al día siguiente podría decirlo, pero ahora preferiría descansar. Cerro los ojos apretándola más contra él. Sería difícil, pero al menos no tendría que soportar problemas al día siguiente por alguna enfermedad.

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