Capitulo 22: Niños

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Me falta un seguidor pa los 100, gracias por todo sus apoyo hacia mi fanfic, la primera temporada de esta historia ya llegó a más de 1k de votos, esto es gracias a ustedes, disculpen la tardanza.

🔸Preparen pañuelos (si son sensibles)

🔸Y no, no pago terapias :>

🔸Capitulo corto.

Palabras: 514

Pov narradora: 

Muy lejos de Japón, para ser específicos en París, la proclamada ''ciudad del amor'', aunque muchos de los que viven ahí no sienten aquel sentimiento descrito por muchos como hermosos, y descrito por los desafortunados como horrendo y doloroso, todos tienen distintos argumentos y distintas vivencias, algunas más felices que otras y otra más tristes, no todos opinan del mismo modo, algunos se enamoran de distintas personas, otras se enamoran de la misma, lo que llega a ser desastroso, y otros aman con el alma, pero no son amados. ¿Quien diría que ''la ciudad del amor'' tendria mas de un problema?

En este capítulo nos centraremos en una persona que amò y sigue amando a una persona, pero se alejó de esta y ahora se arrepiente, pero aquella persona ya tiene otra amada....

Que cruel es la vida para todos....de distintas maneras todos sufrimos....

Se podía ver a una a una joven amasando un pedazo algo grande con las manos bien lavadas, la joven se esforzaba demasiado. La joven era de estatura algo baja, su hermoso cabello largo de color marrón con las puntas más claras le llegaba a la cintura, su piel blanca estaba cubierta por una leve capa de sudor, y sus hermosos ojos rosados como las flores de sakura se entrecerrar un poco para concentrar su fuerza en la masa; la joven llevaba unos short algo cortos y un suerte, junto a un mandil para evitar ensuciarse con la masa, si, sin duda no era nadie más que Kamado Nezuko.

???: Mami!

Grito el niño de manera alegre entrando en la cocina, donde su madre se esforzaba en amasar bien la pasa.

Nezuko: Que pasa Akoto?, estoy ocupada, puedes pedirle lo que sea que quieras la abuela.

Dijo la joven mujer regalándole una suave sonrisa a su hijo.

El niño de aproximadamente siete años tenía el cabello marrón con puntas más claras, en sus ojos se resaltaba un hermoso color menta algo brillante por la alegría reciente.

La mujer lavó sus manos cuando acabo de hacer aquella masa y entregó la masa a dos trabajadoras, la mujer acarició con su mano algo rasposa la suave y delicada mejilla de su hijo.

Ya era algo tarde, bueno, al menos para el menor, la mujer cargó a su hijo y subió a la planta de arriba para dejar a su hijo acostado en su cuarto correspondiente y le cantó algunas canciones suaves para que el menor se durmiese.

La Kamada se fue a su cuarto a bañarse y a cambiarse con ropa mas comoda para dormir, luego bajó a la sala, donde se encontró con su tia viendo la televisión, se sentó a su lado, la mayor le ofreció una taza de café que ella aceptó gustosa.

Koili: Descansa querida, haz trabajado mucho, si pudiera ayudarte lo haría.

Dijo con algo de preocupación la mayor.

Nezuko: No tia, usted ya es una persona de edad, yo puedo hacerme responsable.

La mayor soltó un suspiro.

Nezuko se perdió en sus pensamiento y al final solo soltó un suspiro y se fue a su habitación, claro, sin antes desearle las buenas noches a su tia. 

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