El humo en el ambiente era insoportable, el sonido de las sirenas y las voces de la multitud opacaban el silencio.
Debí detenerte en ese momento.
-Odasaku... - Aquel hombre perdió su humanidad. Odasaku no respondió pero su mirada se dirigió a la mujer que con desesperación trataba de llamar su atención. Su mirada perdida no parecía mirarla y ella lo sabía, él estaba decidido en su siguiente movimiento. Aun si eso significaba alejarse de lo único que lo ataba a este mundo.
Debí decirte algo más.
-Sé lo que piensas... - La voz de la chica resonaba en sus oídos - pero por favor, no lo hagas - sin embargo, la resonancia no era lo suficientemente fuerte para opacar el ruido en la mente de Oda. - Aunque lo hicieras... - Él finalizó las palabras que ella quería transmitirle.
-Aunque lo hiciera, los niños no volverían a la vida. - Oda arrastró cada palabra, la profundidad en su voz estremeció el alma de la castaña que carecía la habilidad de encontrar las palabras que podían hacerlo entrar en razón.
-Aún quedan muchos de ellos, se encuentran en... - Una vez más, Oda no tenía intenciones de escucharla.
-Sé dónde se encuentran, recibí una invitación. - Le informó. Había más de lo que ella desconocía en la mente de Oda. Sabía que nada lo detendría pero no estaba dispuesta a rendirse con él, ya que él nunca se rindió con ella. Pero aquél hombre, no era quien estaba frente a ella, lo desconocía.
-Escúchame... - la chica fingía mantener la calma ante la situación, ya que si se comportaba de forma habitual no podría transmitirle lo que pensaba, no obstante, en su interior estaba desesperada por hacerlo entrar en razón, sin embargo el leve temblor en su voz y la falta de aliento exponía la realidad. - El Director Guren partió a una reunión privada, hay algo más que ignoramos en todo esto... - sus palabras se enredaron en su garganta al ver su expresión.
Odasaku caminó hacia ella y tenía intención de seguir de largo e ignorar su presencia, su expresión le indicaba que nada lo haría cambiar de opinión. Los hombros de Fabiola cayeron derrotados.
A unos cuantos metros de su posición las llamas que arrasaban con los restos de los niños se hacían cada vez más intensas, aquéllos eran huérfanos de los que Odasaku se hacía cargo con manutención y visitaba muy a menudo, eran su mundo, muchas veces consideró adoptarlos pero Odasaku no podía hacerse cargo de ellos como se merecían, ellos sabían que su línea de trabajo consumía sus días y no era un hecho amanecer con vida.
Fabiola no tenía todo el contexto de lo que estaba sucediendo pero él había recibido una invitación que no podía ignorar, de hacerlo perdería lo único que lo mantenía cuerdo.
Ella
Pero aquello, ella no lo sabía.
Sin embargo, Odasaku se detuvo una vez se encontró diagonal a ella, ambos dándose la espalda. Él quería evitar los ojos de la chica para que su convicción no se viera comprometida.
-No hay nada más, Fabiola. Todo acabó para mí. - Finalizó, dándole a entender que su relación era parte de esa declaración. Él estaba consciente que no volvería a verla y era mejor que ella lo resintiera, en lugar de llorar su ausencia.
¿Y yo qué?
No había marcha atrás. Nada de lo que ella dijera lo haría cambiar de opinión.

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Buen Intento [EDITADO]
FanficEsta historia es un fanfiction en mundo alternativo de varios animes donde los personajes mantienen una vida cotidiana. La historia se enfoca en la relación de Zoro con un personaje original. Ninguno de los personajes me pertenecen.