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Narrador omnisciente :

























Después de que Natella abandonará la tienda del joven Sano, continuó deambulando por la ciudad.

Parecía una niña curiosa por todo y con cada lugar o tienda que visitaba, su alegría aumentaba.














--- ¿Habrá alguna tienda de algo interesante por aquí?. --- Pensó Natella, al recorrer varios de diferentes tipos y no encontrar la que captaba su atención.

Al pasar las calles con calma, todo tipo de miradas la recorrían, las más comunes son de sorpresa y curiosidad ya que los rasgos de la rubia eran 100% extranjeros.

---Las calles son muy tranquilas, eso es de mi agrado.--- pensó la joven con una sonrisa serena en sus labios.

Pero después de caminar un poco, algo aburrida decidió entrar a un supermercado.

Con la intención de comprar tal vez galletas o frutas, se encontraba contemplando la sección de dulces hasta que algo choca contra su generoso busto.

---Eh?

--- Ah! Disculpe se-señorita, no fue mi intención. --- Aleja su rostro del pecho de la rubia mientras aparta la cabeza con una gran rubor y pena.

--- No te preocupes. Estás bien?. --- Natella examina a la joven frente a ella, cabellos color rubio un tono más oscuro que el de ella y ojos color miel muy lindos.

--- Sí, no me duele nada. --- La joven levanta la cabeza para observar a Natella, debido a que la ojiceleste es mucho más alta que ella.

--- ¿Cuál es tú nombre?.

--- Me llamo Emma Sano. Un gusto. --- Le da una sonrisa tímida. --- "Demonios, choqué con una chica muy linda extranjera y habla perfecto el japonés."--- Pensó para sus adentros con emoción.

--- Bueno, yo me llamo Natella.

--- Na-Natella?. --- Inclina su cabeza con curiosidad.

--- Sí, te parece si nos hacemos compañía, después de todo vamos a comprar algo.

--- Eh?, Me encantaría!

--- Ya veo, me alegra oír eso Emma.

La joven Sano la observa con un pequeño rubor al escuchar como no mencionaba un honorífico.

Natella al sentir la mirada de la chica, rápidamente voltea a verla.

--- Perdón, no estoy acostumbrada a llamar a las personas con los honoríficos, espero no te moleste.

--- No, no te preocupes. Me gusta como suena.

--- Gracias Emma.

Los ojos color miel sonríen con alegría al haber conocido a una nueva amiga, tal vez ya no estaría tan sola con Natella.

--- Bien, vamos a comprar. --- Suelta risas animadas causando que Emma le siga la corriente con felicidad y ambas comiencen una charla amena, algo que iniciaría una bella amistad.










































Después de haber comprado una caja de dulces y una galletas, las cuales le dio a Emma.

Ahora se encontraban sentadas en una banca, en un parque cercano mientras observan el clima cálido y placentero.

--- Me la pasé genial, Emma. Pensé que no tendría una linda amiga tan rápido.

--- Me divertí mucho, gracias. --- Emma con un poco de duda saca su teléfono y con valor habla.--- Te parece si intercambiamos números?.

--- Claro, así podremos salir juntas, nos iremos de rumba y a perder.

Emma Suelta risas mientras come una galleta. --- Confío en que no me perderé contigo.

--- No prometo nada, yo te cuido.

--- En serio?

--- Sí, eres un paquete valioso. --- Sonríe con burla mientras palmea con calma la cabeza de Emma.

--- Hey!.










































--- ¿Está es tu casa?. --- Natella observa la casa frente a ella mientras Emma toma de su mano con normalidad.

--- Sí, ya es muy tarde para que estemos en la calle, además ambas somos paquetes valiosos.

--- Buena esa, pero a mi me sale mejor el halago, niña bonita. --- Se Inclina hasta la altura de Emma mientras la observa con una sonrisa confiada.

--- Natella!

--- Ya tranquila, entra a tu casa, ya es noche.

Emma asiente con la cabeza pero al momento de despedirse de Natella, sonríe mientras habla con confianza.

--- ¿Qué te parece si entras un rato?

--- Emma, primero invítame un café, no? . --- Arregla un poco su largo cabello rubio mientras sonríe con sorpresa fingida algo que Emma no notó.

Las mejillas de la contraria se tiñeron de rojo mientras hablaba algo exaltada.--- No me refería a eso!.

Unas risas suaves se escucharon por parte de Natella mientras acaricia el cabello de la joven frente a ella.

--- Es broma, estás tan roja como un tomate.

La de ojos color miel suelta un suspiro nervios y sonríe. --- Me pones de los nervios!.

--- Bueno, mejor entremos.

--- Bien, por cierto espero que mi hermano y sus amigos no estén.

--- ¿Por qué dices eso?

Está suelta un pequeño gruñido para luego hacer un puchero demostrando su molestia.

--- Son muy escandalosos.

--- Eso suena divertido.

Una brisa algo helada pasa alrededor de las muchachas, los cambios climáticos en las tardes a veces eran muy fríos.

--- Entremos.

--- No tendrás un hermano mayor? Estoy muy solita, Emma.

--- ¡!

Una oportunidad.

--- Eh- sí!, tengo un hermano mayor. --- Lo piensa de manera detenida. --- ¿Pero tú no tenías 16 años?

---....

Una bella sonrisa se asoma en el rostro de la más alta, por su parte la de ojos color miel la observa con intensidad.

--- Para el amor no hay edad.

Esas palabras hicieron un boom en la cabeza de la Sano.

--- Natella, calma tus hormonas!

--- No te enojes, solo es que tengo mucho amor para dar.

Seguían conversando en la acera, en una de las ventanas de la casa se podía ver como una sombra las observa con calma, parece que no se percató completamente de la precensia de Natella.

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⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

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   ○• UN AMOR DISFRAZADO •○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora