Metanoia- Izana Kurokawa

Dos: Veredicto en soledad

Hace 14 años

-¡Ay!- el liquido del algodón quemaba mi brazo, más concreto en aquella herida. Mis dientes hacian su mayor esfuerzo para no romper mi mandíbula. Pero sabía que esto era lo mejor. Si regresara a casa con una hematoma y una herida abierta, papá no lo pensaría dos veces en ir a mis "clases de calculo" en como era posible que podría hacerme tanto daño unos simples números y ecuaciones.

La mentira es obvia

Si descubre que estas últimas dos semanas fui al club de teatro practicando mis notas del musical de Grease. Claro con el baile incluido donde soy dos pies izquierdos. ¿Resultado? Mi compañero que era otro con manos resbalosas no me sostuvo al momento que me lance a sus brazos, sin nada que pueda amortiguar mi caída me entregue a la desdicha de mi actuación y lo pague.

Como sea. No era como si nos preparábamos para el musical del año, eso decían todos en el club, simplemente lo veían como un pasatiempo, los recursos que nos brindaban el consejo estudiantil se agotaban en botanas y un par de telas simples para simular a los vestuarios que haríamos a mano.

Un público de apenas 10 personas.

Un club decadente sin visión

Y simplemente me convenció cuando supe que era el único club que era al mismo tiempo que el de calculo.

Entonces ¿Por qué me molesta tanto? Me molesta que el presidente solo simule estar organizando un show cuando solo ve unas revistas de autos de lujo. La tesorera se la pasa decorando sus uñas en lugar de reunir fondos para nuevos materiales para el escenario. Y los dichosos actores solo parloteen sus dotes artísticos frente a los demás sin siquiera leer el guión.

'El arte no tiene límites. No hay necesidad de seguir reglas"

"Te lo tomas muy enserio"

"Es solo un club. No Hollywod"

Excusas que poco a poco ganaron mi enojo y se acumulaba en mi puño.

Pero no estalle.

Al contrario solo trague todo el coraje que llevaba retenido. No me importaba irme con las heridas yacentes. Pues mi orgullo ardia más que todo mi ser. ¡Ni siquiera me importaba el teatro! ¡Solo evito calculo!

-¡Ay!-

-Trata de no moverte- Eso intentaba, pero ella no lo ponía fácil. Emy, la hermana de mi madre y mi tía era la responsable de curarme, sin embargo al ser practicante de medicina ya entendía porque aún estaba en prácticas, su título esperaría si no aprobaba el como tratar a los pacientes.

Pero era que ella me cure o terminar con más heridas.

-Aun creo que deberías decirle a tu padre sobre esto. No podrás ocultarlo más tiempo. ¿Lo tomas por tonto el día que vayan a tu escuela y sepan que jamás fuiste a calculo?-

-Sabes que es imposible que lo haga. No estoy tan mal en el curso. Simplemente quiere que sea mejor-

Ella suspira, no es como si ya hubiéramos tenido esta conversación antes y terminábamos peleando. Porque asi fue. Era la única que sabía la verdad, y de alguna manera me apoyaba.

Emy sabía lo que se sentía estar presionada a hacer algo que no te apasiona. El peso de cargar las expectativas sobretodo con la de tus padres. Ella ahora mismo cargaba un algodón para limpiar mi zona de la herida en lugar de cargar un lapiz.

Un sueño arrebatado.

-Deberías ir a casa, sacar tus libros y simular que estudias. Al menos la mentira sería más creíble si pones en práctica lo que odias. Lo hago todo el tiempo-