18. La Duquesa y El Príncipe

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Tras el malentendido, fui a cambiarme de ropa en mi habitación mientras las sirvientas iban haciendo un llamado a todos los invitados de la mansión a realizar un acto de presencia en el comedor para la cena.

Entre las pocas opciones que había, escogí el siguiente atuendo:

Quedé encantada ante el resultado, literalmente, quedé hipnotizada por un cierto tiempo, pese a lo mucho que me contuve para no caer ante mi propia belleza. Ni siquiera el llamado de una de las sirvientas me sacó de allí.

—¡Fuera, impulsos femeninos! —Exclamé para mi misma, palpando mi rostro con leves palmadas para despertar. —¿Por qué reacciono así? Anteriormente esto era algo irrelevante para mí y a esta corta edad física no tendría por qué desarrollar estos pensamientos, ¿O será un efecto secundario de la reencarnación? No, no debería haber un error tratándose de él, quizás...¿Es porque ahora todo es más colorido? Si, ahora que recuerdo, cuando fuí a esa misión en Mer Beach sentí que algo había cambiado pero no lo había notado ya que el cambio de género a través de las pociones experimentales no son 100% efectivas en el primer instante. Eso significa que a partir de ahora todo tendrá un sentido distinto debido al cambio de mi percepción, al mismo tiempo que tendré que lidiar con los impulsos tempranamente salvajes que conlleva ser mitad lobo...

—¡Luna, ¿Estás allí?! —Escuché la voz de Ayne detrás de la puerta, cortando mis pensamientos profundos

—Si, en un momento salgo, solo debo de cepillar a Sylv —Respondí mientras intentaba buscarla, pero me dí cuenta de que no se encontraba en ninguna parte

—¿Sylv? Pero si la dejaste en la cocina —Ayne protestó

Por un segundo pasé de sentir preocupación a alivio, sellando con un sentimiento de vergüenza por ser tan despistada.

—Eh... sí, pensé que sería mala idea dejarla esperar hasta la hora de la cena, ya sabes, los niños tienen un gran apetito

—¿Te sientes bien? No suenas muy alineada

—N-no es nada, solo debo...

Ayne no pudo esperar y entró de golpe en la habitación, encontrándome con una expresión de vergüenza en mi cara.

—¿Tienes fiebre?

Ella se acercó a mí y con su mano derecha tocó mi frente al tiempo que con su mano izquierda tocó la suya.

—No parece, ¿Será algo único en lobos?

—Eh, ya te dije que no es nada, es solo que... este vestido es demasiado lindo para mi

—Ah, ya... igual pienso que te queda bien, bastante como para alguien como tu, bueno, de cierta manera me recuerdas a Miyu, también era reacia a usar vestidos de este tipo. Supongo que ahora entiendo un poco más acerca de su cercanía.

En eso se me ocurrió algo para desviar el tema

—Ah, hablando de eso, ¿Ya encontraste a tu amigo?

—Si, el está bien, aunque sufrió algunas lesiones pero ya se está recuperando 

—Me alegro, parecías preocupada cuando estábamos de camino

—Es porque solo me contaron la peor parte del asunto, creí que las lesiones serían muy severas como para retirarse de la aventura. 

Eso o no quizo escuchar más acerca de su estado, impidiendo la conclusión final.

—Bueno, supongo que ahora que resolviste las cosas no necesitarás de mi ayuda.

—No diré que fue en vano traerte hasta aquí, después de todo me salvaste en aquel momento, había venido preparada para todo menos una tormenta de nieve, por eso te doy mi gratitud,.

Moonlight: El Renacer de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora