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— maneja más lento — escuche la voz de aquella silueta que llevaba puesta una sudadera negra y unos pantalones de mezclilla azul marino.

— todo esta bien, no te preocupes — me sentia despreocupado y ebrio

— CUIDADO...

Desperté sudoroso, con la garganta seca y mis ojos un poco húmedos, mi mejilla estaba mojada y al contacto de ella con mi mano también fue con una gota de mis lágrimas...mire hacia la ventana y la mañana era lluviosa y estaba nublado

— ¿Deydan estas despierto? — escuche la voz masculina de mi amigo al otro lado de la puerta de mi habitación.

— s-si — dije entrecortado y con un nudo en mi garganta que ardía demasiado.

— ¿Deydan? — pregunto de nuevo.

Seguía sentado en mi cama analizando el "sueño" que había tenido.

Abrió la puerta de mi habitación y ahí estaba, mi amigo, parado en el marco de mi puerta, aquel chico que ha cuidado de mi desde que salí de aquel hospital hace 3 meses y que desde entonces he tenido ese extraño sueño. No sé si llamarle sueño o...pesadilla.

— Deydan el desayuno está listo — parece que noto el estado en el que me encontraba — ¿Estas bien?...has tenido ese sueño de nuevo ¿cierto? — dio unos pasos acercándose a mi deteniéndose al pie de mi cama.

— Si — dije en un tono de voz bajo, entrecortado y seco. El ardor no paraba, me dolía la sien.

— Levántate y vamos a desayunar ¿de acuerdo? — Se dirigió a mi tratando de animarme y se cruzo de brazos.

Me levante y al observar que Christopher comenzó a caminar lo seguí, me detuve antes de bajar las escaleras y camine hacia el baño que estaba al final del pasillo.

Gire la perilla y entre, no me daban ganas de ir al baño pero debia calmarme. Me mire al espejo y logré ver unos ojos rojos y con lágrimas corridas. Abrí la llave de él lavamanos y me heche agua en la cara. Me lave la cara solo con agua, sentía el frío contacto de el agua contra mi tibio rostro.

Cuando termine me seque con una de las Toallas que estaban dobladas en una pequeña repisa.

Baje las escaleras hasta la cocina donde ya se encontraban dos platos con ensalada. Todas las mañanas Christopher preparaba algo diferente, me sentía como un completo inútil...me sentía como un estorbo una carga que el no merecía, pero el siempre decía que no le importaba cuidarme, que para el estaba bien y yo no era molestia.

Algún día debería de agradecerle los cuidados que me ha dado. Algo que me era inusual es que el siempre me daba cubiertos sin filo o cualquier cosa puntiaguda siempre me lo quitaba como si fuera un niño...casi siempre utilizaba cucharas o tenedores de plástico y cuando simplemente se trataba de carne el siempre lo cortaba para que yo no lo hiciera, como si fuera a ahogarme.

— Desayuna y después te vistes — Dijo sin mirarme mientras comía lenta y tranquilamente.

Asentí con la cabeza para después llevar a mi boca la ensalada que Chris había preparado

— Hace frio, ¿me acompañarias a comprar lo que hace falta para la casa después del desayuno o quieres quedarte? — levantó su cabeza y me miró mientras aún seguía masticando.

No estaba con ganas de salir ese día, me sentía algo desanimado y sin ganas de hacer algo y para ser sincero quería quedarme en casa solo por un rato, la lluvia me relajaba, el sonido de esta golpeando la ventana.

La lluvia no era tan fuerte, estaba nublado y eso era lo mejor para mi.

— creo que me quedaré en casa esperándote — dije tranquilo disfrutando de el agua de sabor natural de tuna.

Cartas Para Memorias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora