Verlo ahí, su rostro sereno mientras que sus ojos brillaban llenos de emoción y tranquilidad, todo a su alrededor era felicidad.
Como si el mismo sol estuviera presente.
"Oye Hinata te toca"
La suave voz de su amiga le hizo salir de sus pensamientos y voltear a ver lo que ella estaba haciendo.
Estaban en el gimnasio.
Debido a que había aumentado 4 kilos de su peso usual su amiga Ino le invito a Energy Gym ya que al ir las dos obtenían un descuento de un 10% si pagaban juntas, no era la gran cosa pero ya que ellas dos irían juntas entonces era un beneficio atrayente.
-Oh cierto-Fue tanta la concentración que tenía en Naruto que se había olvidado completamente de Ino.
La niña alzó su ceja al ver a su amiga tan ida, pero entonces volteo su mirada donde su amiga de la infancia estaba viendo.
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[Solo que con AirPods]
Entonces entendió.
Una sonrisa zorruna se formó en los labios de Ino mientras que mientras que veía a Hinata soltando una risita.
-Hooo~ Llevas una semana y ya andas con las bragas mojadas eh traviesa-Sonrió Ino pero volteo a ver al muchacho, a mamá le gustaba lo que estaba viendo.
Hinata tenía buen gusto.
-¡I-Ino! ¡N-No digas vulgaridades!-Habló de manera aireada Hinata con un sonrojó monumental ante la ocurrencia de Ino.
-Vamos~, sabes que es verdad, aunque mamá también quiere un trozo de eso-Se lamio los labios Ino con aceptación ante aquello.
Ellas venían a un gimnasio que era frecuentado por solo gente mayor, eso debido a que Hinata y su familia eran muy mojigatos, sin emocionar que elegían una hora de menor recurrencia para venir por el mismo motivo.
Aunque Hinata había aumentado de peso según ella, pero Ino sabía que tenía un cuerpo de envidia, unos senos que descaradamente desafiaban a Isaac Newton y sus leyes, una cintura tensa que sostenían el mejor trasero que Ino había visto en su vida y eso que ella era bisexual por lo que había visto muchos sean de hombre o de mujeres.
Ese trasero en este año ya había provocado que 2 bicicletas chocarán contra un poste cuando se agacho a recoger algo que se le había caído dejando su corazón al todo su esplendor no pudiendo ser ocultado por esa ropa holgada que Hinata siempre vestía.
