T R E S

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Sus ojos seguían puestos sobre la nada, Lalisa quizás finalmente se había vuelto loca. Volvió a su habitación para poner nuevamente la música.

-¡El piso es de caoba y lo estás mojando!- La chica había vuelto.

El cuerpo de la morena entonces sintió el peor de los escalofríos.

-Está es mi casa, yo pague por ella- Vaya argumentó el de Lalisa.

-¿En que te basas?-

Lalisa aún no se daba vuelta, pero aquella chica o lo que fuera seguía ahí.

-En el hecho de que no hay nada tuyo aquí-

Entonces una corriente de aire cruzó por la habitación, como si Lisa fuera experta en cosas paranormales comprendió que estaba sola. Rápidamente tomó su toalla y secó su cuerpo para así ponerse ropa, pues sabía que la tranquilidad no le iba a durar.

-Mis cosas ¿En dónde coño están?- La chica venía de vuelta.

-¡Aquí no hay nada que te pertenezca!- La paciencia de la morena se había ido a la mierda. Salió de su habitación buscando a aquella cosa.

-Mis guitarras, mis libros ¿En dónde dejaste mis cosas?- Los tonos de su voz cambiaban a cada instante, aquella chica estaba molesta.

Lalisa la encontró justo en la sala de estar -Aquí no hay nada tuyo, así que vete- Quizás esas no habían sido las palabras correctas.

Con grandes zancadas aquella chica camino directo a Lisa-Está es mi casa y de aquí nadie me echa- Sus ojos marrones se clavaron en los suyos, justo antes de que le diera una bofetada.

Lalisa cerró sus ojos esperando sentir el impacto, pero este nunca llegó.

-¿Que me has hecho?- La chica más bajita estaba asustada.

-¿En serio?- Lalisa dio dos pasos atrás, mientras aquella chica se acercaba tratando de golpearla nuevamente, pero los golpes no llegaban a su cuerpo.

-No puedo tocarte-

-Me alegro- Lisa no tenía idea de lo que estaba sucediendo ahí, tenía miedo y eso era lo único que realmente sabía.

-Vete de mi casa- Pareciera que aquella chica no sabía otra cosa que decir.

-No lo haré- Lalisa se alejó de ella y se tumbó en el sofá, buscó el control remoto y encendió el televisor.

-¿Donde están mis gatos?- Entonces ella desapareció.

La morena dejó escapar todo el aire que llevaba conteniendo tiempo atrás -Ay mierda-

Realmente no tenía ni la remota idea de lo que estaba sucediendo.

-¡Roseanne!- De un momento a otro la información que Jennie le había dado por la mañana cruzó por su mente. Sin darle más vueltas a aquello, ella salió cometiendo de la casa y cruzó la calle.

Uno, dos, tres golpes a la puerta de sus vecinas, Lisa esperaría ahí el tiempo necesario.

-¿Te calmas o te calmo?- Jennie había abierto ya la puerta.

-¿Tienen una foto de la chica que vivía en mi casa?-

Jennie entrecerró los ojos -¿Has fumado mota?-

-¿Que? Noooo, no le hago a eso- Lalisa estaba desesperada.

-Pues que aburrida y no, creo no tenemos fotos de ella-

-¿Cuál dijiste que es su nombre?- Lalisa realmente deseaba saber.

-¿Por que la curiosidad?- Y Jennie tenía ganas de joder.

-¿No puedo preguntar a caso?- La necesidad le era muy grande.

-Si no me dices lo que sucede, entonces no- Jennie hizo como que cerraría la puerta de su casa.

La más alta puso un pie en la puerta, con tal de detener a la chica -Kiiiiiiiiiiiiiiiiiiim por favor- Lisa ya suplicaba.

-Kim Jisoo, su nombre es Jisoo - Y ahí estaba Roseanne salvando el culo de Lisa.

-Gracias- Y con eso dicho la castaña volvió a su casa, cerró la puerta detrás de ella y espero a que aquello volviera aparecer. Sin embargo no lo hizo.

El resto del día Lalisa decidió pasarlo fuera de casa, ella podría dormir en su auto si lo deseara, pero igual podía pagar un buen hotel. Pero tampoco le daría gusto a la cosa esa.

Al rededor de las 11 p.m la tailandesa se fajó los pantalones y volvió a casa, aparentemente todo estaba tranquilo o al menos eso lograba ver desde afuera.

Bajó de su auto y caminó directo a la entrada, tomó aire y giró la perilla. Al poner un pie dentro no hubo presencia de nada ni nadie. 

Cerró la puerta y encendió cada luz posible por haber, subió las escaleras y camino directo a su habitación. Sin más que hacer, se tumbó en su cama.

Habían pasado cinco minutos cuando aquello había vuelto.

-Creí que no volverías- Lalisa no se molestó en verla, ella estaba ahí y podía sentirla.

-Es mi casa-

-No lo es, la he comprado con mi dinero-

-No puedes- Aquella chica aún se negaba.

-Mírame-

-Estás en mi cama-

-Es mía ahora... Todo es mío ahora- Lisa se enderezó y se acomodó para poder ver a lo que eso fuera.

-No puedes-

Lisa lado su cabeza y miró aquellos ojos profundos, y se acordó del nombre de quien antes vivía ahí -¿Tu nombre es Kim Jisoo?-

Y como si alguien hubiese golpeado a la chica ella se alejó de Lisa.

-¿Quien eres? ¿Mi nombre es Jisoo?-

Algo ahí no cuadraba para ninguna.

-¿No eres la que compone música?- Lalisa estaba haciendo memoria de la información que ya tenía, estaba uniendo piezas en su cabeza -Preguntabas por tus guitarras, debes ser Jisoo-

Y entonces volvió a desaparecer, dejando a una Lisa aún más perdida de lo que ya.

Darkness (Lisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora