16

733 81 21
                                    

Acompaño a TaeHyung a la cocina, mentalizándome de que voy a sobrevivir a esta fiesta. Quiero ir a donde está JungKook y maldecirlo, decirle que no vuelva a hablarme en la vida, darle una buena bofetada y arrancarle a Yuqi el pelo rosa de la cabeza. No obstante, es probable que se limite a reírse de mí en mi cara, así que decido beberme de un trago el vodka sour de cereza que me prepara TaeHyung y pedirle otro. JungKook me ha fastidiado demasiadas noches, y me niego a ser el pavo otra vez.

TaeHyung me prepara otro vodka sour pero, cuando vuelvo a entregarle la copa vacía a los pocos minutos, se ríe y levanta las manos.

— Eh, baja el ritmo, muchacho, que ya llevas dos.

— Es que están muy buenos. —Me río y relamo la última gota de cereza de mis labios.

— Vale, pero éste te lo tienes que beber más despacio, ¿sí?

Asiento, me prepara otro y dice:

— Creo que vamos a jugar a otra ronda de Verdad o desafío.

«Pero ¿qué le pasa a esta gente con el puñetero Verdad o desafío?» Pensaba que uno dejaba de jugar a estos estúpidos jueguecitos de marras al acabar el instituto. Vuelve a dolerme el pecho y no puedo dejar de pensar en la cantidad de cosas a las que JungKook y Yuqi se habrán atrevido ya esta noche.

— ¿Qué me he perdido en la última ronda? —pregunto con la sonrisa más coqueta que soy capaz de componer.

Es probable que parezca un loco, pero TaeHyung me sonríe. Parece que funciona.

— Sólo a un puñado de borrachos morreándose, lo de siempre –responde encogiéndose dehombros.

El nudo que tengo en la garganta sube, pero me lo trago junto con la bebida. Suelto una risa falsa y sigo bebiendo sin parar mientras regresamos junto a los demás. TaeHyung se sienta en el suelo, en diagonal con respecto al sitio que JungKook y Yuqi ocupan en el sofá. Me siento a su lado, más cerca de lo que me sentaría normalmente, pero ésa es la idea. Una parte de mí daba por sentado que ya se habría quitado a Yuqi de encima, pero no. Así que me acerco todavía más a TaeHyung.

JungKook entorna los ojos hasta que son dos rayitas oscuras pero hago como si no lo viera. Yuqi sigue en sus brazos como el pendón que es, y Momo me lanza una mirada comprensiva y luego se queda mirando a JungKook. El vodka empieza a hacer efecto para cuando le toca a Chan.

— ¿Verdad o desafío? –dice Momo.

— Verdad –contesta.

Ella pone los ojos en blanco.

— Nenaza. –Su colorido lenguaje nunca deja de sorprenderme–. Vale... ¿Es verdad que la semana pasada orinaste en el armario de NaYeon? –pregunta, y todos se echan a reír menos yo. No tengo ni idea de qué están hablando.

— ¡No! ¡Tíos, ya os he dicho que no fui yo! –gruñe, y todo el mundo se parte de la risa.

TaeHyung me mira y me guiña un ojo entre las carcajadas de todos. No me había dado cuenta antes, pero está bueno. Está muy bueno.

— ¿Juegas, YoonGi? –me pregunta Momo.

Asiento. Levanto la vista para ver a JungKook y compruebo que me está mirando. Le sonrío y vuelvo a mirar a TaeHyung. El ceño fruncido de JungKook me alivia un poco la presión que siento en el pecho. Debería sentirse tan mal como yo.

— Vale, ¿verdad o desafío? –pregunta Yuqi.

Cómo no, tenía que ser ella la que me retara.

— Desafío –digo con valentía. Sólo Dios sabe lo que me hará hacer.

KOOKGI : DESPUÉSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora