Capitulo 1

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                                    El despertar

Susan subió las escaleras dirigiéndose al cuarto de su hija preguntándose porqué no estaba en clase, la directora había llamado un par de veces aquella mañana, Alex llevaba varios días con un comportamiento extraño según ella.

No se había presentado en toda la mañana a clase, pero el personal de casa no la había visto en todo ese periodo de tiempo, con preocupación en la mirada dudando de si el GPS de su teléfono marcaba mal la ubicación, abrió la puerta de la habitación encontrándose con la cama vacía y deshecha.

-¿Alex?- El nombre de su hija salía en un tono de susto de su boca mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

Susan abrió la puerta del baño con esperanza de que su hija estuviera ahí, buscó por todas partes en la habitación rezando porqué su hija estuviera en aquella sala. Miró en el armario y el vestidor, incluso debajo de la cama. Sin embargo, el único rastro que había de su hija era su teléfono, el cual se encontraba cargando en un lado de la cama.

Se sentó en la cama de su niña esperando a que Alex diera alguna señal de estar en algún lugar cercano, pero eso nunca pasó, limpiando las lágrimas de sus ojos con las mangas de su jersey de marca, Susan juntó el valor necesario para llevarse el móvil a la oreja.

-911, ¿cual es su emergencia?- Una chica joven estaba en el otro lado de la línea.

Después de dar un largo respiro, la voz áspera de la mujer se escuchó por la habitación.- Mi hija ha desaparecido.

Una semana antes.

Alex se levantó de la cama con un cuerpo extraño, aquella noche había tenido la sensación de no haber dormido, se miró al espejo viendo sus ojeras y su pelo rubio desordenado, acarició su cara pensando en lo oscuras que se veían las partes bajas de sus ojos.

No era la primera vez que pasaba, llevaba varios días con la sensación de no haber dormido.

"Esto ya es insoportable" pensó entrando a la ducha aún con el sueño agarrándola por la espalda, el agua acarició su piel haciendo que sus músculos se relajasen.

Se quedó absorta por el calor, mirando a un punto fijo, Alex no sabía que le estaba pasando, pero si sabía que no aguantaría mucho más de esa manera.

Salió de la ducha con la toalla envolviendo su cuerpo, entró de nuevo a su habitación viendo que Dona, la empleada que trabajaba en su casa, había dejado su uniforme recién planchado sobre la cama.

Con todo el cansancio que su cuerpo llevaba, se vistió sin mucha gana y volvió a mirarse en el espejo suspirando mientras cogía el maquillaje de su tocador.

Solía maquillarse, pero desde que los sueños empezaron lo hacía mucho más, intentando disimular su cansancio, que nadie notara que algo estaba pasando.

Cuando terminó de prepararse, agarró sus cosas y bajó las escaleras.

Dona le lanzó una sonrisa pasándole una manzana.

-Hasta esta tarde.- Se despidió cerrando la puerta de su casa.

El coche ya la esperaba fuera. Adrik, el chófer de su madre la esperaba con la puerta abierta.

Adrik era joven, tenía 23 años, era un chico muy alto, y bastante atractivo, sin embargo para Alex, eran como hermanos, él era el hijo de Dona y Rayan, siempre habían trabajado en casa, desde que ella era pequeña, al principio Dona trabajaba en la limpieza de la casa y Rayan como asistente de Susan, solían traerse a Adrik muchas tardes hasta que Susan y su marido Kilian decidieron dejarles la casa de invitados del jardín para que no tuvieran que preocuparse por dónde vivir.

𝐓𝐡𝐞 𝐥𝐨𝐬𝐭 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦𝐞𝐫Where stories live. Discover now