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ADVERTENCIA‼️: Este OS contiene una escena smut entre 2 menores de edad que será marcada entre 2 "‼️" antes de que empiece. Por si eso te genera problemas.

Charles, ha decidido, oficialmente, que odia el calor.

Tal vez sea porque cada vez que se toma una siesta termina con marcas de sábanas en los brazos y una sensación de incomodidad por tener la nuca mojada de sudor (si, asqueroso, Charles piensa lo mismo).

O porque su madre sigue cocinando caliente aunque haga tanto calor que todos los ventiladores en la casa están encendidos y ni siquiera puede quejarse.

Pero hay una cosa que espera siempre con ansias cada vez que el calor comienza a hacerse hueco entre el maravilloso frío.

El verano.

Y aunque sea mayoritariamente porque ama poder dormirse a cualquier hora ya que al día siguiente no tiene ninguna clase a la que asistir, también es porque sus padres siempre deciden irse a una casa en un pueblo cuyo nombre se le hace muy difícil pronunciar ahora.

Eso no era así hasta hace un par de veranos. Prefería quedarse en su casa a tener que viajar en coche 3 horas para estar en un pueblo de cuya existencia sólo conocían ellos y el que lo fundó, (sin ofender).

Pero un día, después de esas siestas que Charles tanto odia y que su madre lo obligara a salir de casa solamente para que un día más se quedase mirando a ese árbol (que a este punto podría describir de memoria) al lado del río con ramas alargadas y hojas que caían grácilmente y hacían una sombra medio decente vio a un chico.

El chico intentaba por su vida subirse al árbol y si Charles era honesto, estaba haciendo el ridículo. Pero no podía culparlo, el también hacía cosas ridículas cuando creía que nadie lo veía.

Era rubio, de pelo corto y creía haber visto un destello de azul en sus ojos.

No era muy común ver a otra persona de su edad por aquí así que aún con toda la vergüenza del mundo se acercó y le tocó el hombro.

El otro saltó levemente antes de girarse agresivamente.

-¿Qué quieres?- Fue claro y brusco, no tenía cara y al parecer tampoco intenciones de querer hacer amigos.

-Preguntarte tu nombre, pero por lo que veo intuyo que no querrás hacer amigos.- Respondió con la misma agresividad, toda la que podía tener con 13 años.

-Que buena intuición tienes, Sherlock. Ahora, si eres tan bueno escuchando como observando me gustaría que te fueras a la mierda, tu y tu intuición.- Se acercó más a él.

Charles estaba atónito. Si, la primera frase que le había dirigido ya le daba una pista de que tal vez quedarse a conversar no era lo más inteligente.

Pero lo habia mandado (y que su madre le perdone) a la mierda. Y aunque ya no era tan pequeño seguía sin atreverse a decírselo a alguien.

-¿Perdón?-

-¿"Perdón", qué? Vete.- Esto ya lo superaba, con creces.

-No quiero.- Intentó fingir que su voz no quería romperse con cada sílaba (sus padres siempre le habían dicho que era un niño muy sensible).

El niño le miró de arriba a bajo y luego se sentó como si no estuviese ahí, apoyando la espalda en el tronco.

-Esta bien, después de todo no pareces tan desagradable.- Dice antes de cerrar los ojos con el orgullo de pensar de que Charles no le hará nada ahora mismo y aunque seguramente no le haga nada sigue siendo humillante.

Cartas Perdidas Entre Veranos // Lestappen // [One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora