En esta parte de mis historias, quiero tocar mucho el tema de mis hijos. Tengo 3 fabulosos hijos: 2 son hijos biológicos y el tercero es hijo de mi ex novia Nicole, pero lo he criado como mío, sin diferencia alguna entre sus dos primeros hermanos.
Yo fui papá muy joven. A los 19 años ya tenía mi primer retoño. Realmente no sabía lo que era responsabilidad, y creo que con el pasar del tiempo fui conociéndola. Siempre me voy a sentir orgulloso de cómo son ellos. Son 3 personalidades tan distintas, pero eso lo hace bonito. Tengo tantas cosas por decir de ellos que se me cae la baba solo de pensar en todas las historias que quiero contar de ellos.
El neno es el mayor de todos. Su nombre es Stephano, y el apodo "neno" se lo puso su hermano segundo, ya que de pequeño no podía decir su nombre y solo decía "neno". Es cuando de ahí y varias personas de la familia le decimos "neno", y él responde a ese apodo. Incluso en su etapa de colegio, se puso "neno" en una camiseta para las olimpiadas del colegio. Nació en 2006, pero el embarazo de su madre fue muy extraño y no la pasó bien.
Recuerdo que cuando su mamá me dijo que no le venía el periodo, decidimos ir a un policlínico y realizar la prueba de embarazo. Su madre me cuenta que la encargada de sacar la sangre y que luego le dio el resultado positivo le dijo: "¿Qué vas a hacer ahora con el colegio?". A lo que ella le respondió: "¿Colegio? ¿Cuál colegio? Si yo tengo 21 años". Es verdad, ella es mayor que yo, pero es bajita y creo que tranquilamente pudo ser confundida con una escolar.
Salimos de ahí; ya vivíamos juntos. Llegamos a la casa, nos echamos en nuestra cama de 1 o plaza y media, no recuerdo, pero desde ese momento sabíamos que se llamaría Stephano. No sabíamos el sexo, pero él ya se llamaba Stephano. En el baby shower que le realizaron, o nos realizaron, fue más un motivo para tomar. Todos terminamos en la clínica. Recuerdo a mi amigo Robert cargarla para meterla en un taxi, mientras yo fui corriendo a buscar dicha unidad. Por una mala praxis de esa clínica, tuvimos que trasladarla a varios hospitales, pero no había camas. Hasta que llegamos al Arzobispo Loayza, donde finalmente dio a luz y nació, o me informaron de su nacimiento, a las 6 p.m.
Fue un momento de mucho esfuerzo y aprendizaje, pero ahí estuvimos fuertes para estar a su cuidado. Debo aceptar que su madre es la que más actuó a beneficio de él; yo tenía mis sueños de empresario y ella apoyaba esos sueños.
En 2007, Perú tuvo un terremoto terrible. Para ese entonces, su madre y yo estábamos separados. Ella vivía a unas cuadras de mi casa, y los veía seguido. Después de ese terremoto, decidimos que me quedara algunos días en su casa, y como quien no quiere la cosa retomamos la relación. A los pocos meses, nos mudamos cerca de la casa de mi familia y nos dimos la sorpresa de que estaba embarazada de nuevo. ¿Qué íbamos a hacer? No lo sabíamos. Ella trabajaba en lo que se podía, y ayudábamos a mi mamá en las joyas, pero alimento nunca nos faltó.
Para el segundo embarazo, la relación no andaba bien, pero en 2008 llegó Giaco al mundo, mi gordito bello, que no está pasando un buen momento ahora, pero sabemos que saldrá adelante. Giaco era un niño muy independiente. Poco usó pañal; apenas aprendió a caminar, iba y orinaba en la ducha, y si quería hacer caca, solo llamaba para que le limpiaran. Tenía su bañito pequeño. Nació de madrugada en el hospital Cayetano Heredia.
Al poco tiempo, su madre y yo decidimos separarnos, y no es hasta 2012 que nace Daniel. Yo no tuve la dicha de verlo nacer, pero lo conocí cuando tenía un poco más de 2 años. Recuerdo que la primera vez que lo vi, lo llevé a los juegos y Nicole se le caía la cara de vergüenza, ya que se portaba mal, pero yo me reía. Era un niño tan travieso como el otro par o como yo en mi niñez e incluso adultez.
Recuerdo que lo cargué, salimos caminando por el centro cívico, vino una persona de Interbank y me dio un folleto, pero terminó con la siguiente frase: "Caballero, para que pueda asegurar a su familia". Volteé a ver a Nicole; ella miró para otro lado. Volteé a ver a mi tocayo. Bueno, desde ahora le llamaré cabezón, como siempre le dije. Él estaba contento, y yo también. En ese momento dije: "Son mi familia", y me enamoré de los 2. Mi corazón latía a mil; había conseguido una familia nuevamente.
Este texto es solo la introducción, pero poco a poco iré escribiendo sobre cada uno de ellos, de sus travesuras, de sus metidas de pata, de sus logros y toda anécdota que me vaya acordando. Pero si algo tengo claro es que los amo, hijos.

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Los niños que me hicieron volar.
DiversosEn esta nueva etapa quisiera hablar de mis orgullos, de mis 3 hijos. Niños benditos que han cambiado mi vida para siempre.