12: Adios, buena suerte, no lloraremos por ti.

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Muy temprano Yibo se levanto a iniciar su día, Zhan dormía profundamente, el paseaba a chuleta por el  barrio, paso a la cafetería por los pastelillos que a su esposo le encantaban, le dejaría el desayuno preparado para cuando se levantara comiera...

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Muy temprano Yibo se levanto a iniciar su día, Zhan dormía profundamente, el paseaba a chuleta por el  barrio, paso a la cafetería por los pastelillos que a su esposo le encantaban, le dejaría el desayuno preparado para cuando se levantara comiera algo.

Después de alimentar a sus hijos, salió de la casa con Yuan rumbo a la escuela,  muy de cerca lo seguía Xiao Xinchen esta mañana sería la destinada para poner su plan en marcha, así que espero a que Yibo entregara al niño en la escuela para aparecer en frente al hombre.

Zhan se despertó ya muy avanzada la mañana, en la mesa del comedor estaba su desayuno, el café estaba en un termo, pastelillos y sopa que se mantenía tibia aún con ayuda de un recipiente térmico, debajo de la mesa su hijo perruno dormía sobre su camita estaba sujeto ahí con una correa suave para que no se lastimara y  seguramente para que no molestara su sueño.

Apenas iba a comenzar a tomar sus alimentos cuando una llamada se oyó en su celular, salió del comedor, fue a la sala donde su teléfono estaba enchufado, seguramente Yibo lo pudo a cargar por el, holaaa buenos días con quien tengo el gusto, repondio la llamada el doncel, buenas tardes señor Xiao, lamentamos molestarlo en su casa pero Yuan tiene más de una hora esperando, nadie ha venido por el aún sigue aquí en la escuela,  señor.

Que como ho dios que pena profesora en un momento salgo para allá por favor le ruego me espere solo unos minutos más, por favor, repondio Zhan mientras corría a su auto para salir a buscar a su bebé, en el colegio Yuan se mantenía tranquilo pues la maestra le dijo que no había ningún problema que esperarían a que sus padres llegarán por el.

Pero cuando vio que el único en llegar fue su madre, se soltó a llorar, su pesadilla se había hecho realidad justo como lo soñó la noche anterior, era su culpa,seguramente era su culpa como la primera ves que su padre los dejó, una ves oyó por accidente como su mamá le contaba a uno de sus amigos que el padre de Yuan, los había abandonado por que el no quería tener al bebé.

El único bebé que su mami tenía era a él y ahora a chuleta, era lógico que el era el culpable de que su papá Yibo haya vuelto a desaparecer de su lado, maaamiiii donde esta papa Yiyiiii,  por que no vino contigo, lloraba el pequeño  abrazando a su madre, mi amor no lo se, yo no he visto a tu padre en todo el día, pensé que estaría contigo en las compras o con algunos de los vecinos sabes que le gusta convivir con los amigas,  repondio el doncel tratando de tranquilizar a su hijo.

El niño pareció tranquilizarse un poco se aferró al cuello de su madre, mil disculpas nuevamente profesoras,yo.... no se preocupe señor Xiao esta es la primera ves que pasa, usted o el señor Yibo siempre son puntuales en venir por el joven Yuan , así que no debe preocuparse, nosotras estamos para servirle, será mejor que vayan a su casa al parecer el pequeño Yuan esta algo sensible, interrumpió la directora del colegio.

Zhan regreso a la casa con su pequeño dormido de tanto llorar, en la puerta ya lo estaban esperando algunos de los vecinos preocupados por que no vieron en toda la mañana a Yibo, pero el otro ya se imaginaba que había pasado por lo que sólo se limito a decirles que su esposo había tenido que volver a viajar pues sus cortas vacaciones ya habían terminado.

Entro a su casa aprovecho que su hijo aún dormía para empacar algunas cosas, había llegado el momento de tomar la palabra de sus padres, se tomaría una vacaciones también para que su hijo no pregutara tanto por ese maldito hombre fijitivo,  el fue un idiota por creer en su promesa.

Era obvio que no la cumpliría por que que tenían ellos para retenerlo en ese modesto departamento,  solo un perro que lo adoraba como a un dios, un hijo que lo amaba sin importar que no creció viéndolo, una casa con lo indispensable, como creyó que algo tan simple tendría feliz a Wang frívolo Yibo, que tonto había sido.

Contigo Voy...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora