Publicamente peligroso

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Había terminado hace 8 meses con el que pensaba era el amor de mi vida, mi rutina después de eso era universidad, casa, universidad, casa. Tenia pocas amigas, ya no salia de fiestas y menos tenia algún pretendiente. Había decidido eliminar todo tipo actividad que te generara una emoción.

Era un día miércoles cualquiera, lo único que quería era comer algo y caer rendida en los brazos de morfeo, al otro día tenia clases temprano, pero como siempre las redes sociales despertaban todos mis sentidos me quede conectada hasta tarde. La Paula, mi mejor amiga de la universidad, me hablaba por el chat, habíamos estado todo el día juntas, pero seguíamos hablando y hablando. De la nada comenzamos a comentar su estado, el que ademas comentaron varias personas, entre ellas un chico que sinceramente llamo mi atención de inmediato. No era bonito ni tampoco se veía un buen partido, solo me pareció gracioso; era de tes morena, ojos achinados, labios gruesos, no medía mas de 1.67 y por lo que pude notar en su facebook era bueno para las fiestas, no se porque esa noche me dormí pensando en ese desconocido, tal vez mi inconsciente se imaginaba lo que pasaría con el mas adelante.

Al próximo día le dije a la Paula que me llamaba la atención un amigo de ella, a lo que ella respondió con un alardeo mas o menos descomunal, hace 8 meses no le hablaba de un hombre, así que se aprovechó para darcelas de celestina con su amigo. En realidad la idea de conocer a alguien por Internet no me parecía algo tan normal, esa persona totalmente desconocida podría ser cualquier tipo de ser humano; un ladrón, un estafador o peor un traficante de órganos que se quería robar mi corazón, pero no podía luchar contra las ideas de mi amiga, así que le seguí la corriente.

Un día después, tenia una solicitud de amistad de ese desconocido, si lo aceptaba tendría que hablarle y hacerme la simpática, cosa que por esos días me costaba bastante; pero si no lo aceptaba pensaría que era una típica mina histérica que primero le manda "saludos", eso le dijo mi amiga, y después se hace la que no quiere la cosa y se pone difícil. Así que decidí apretar la opción aceptar, total si me caía mal existía la opción eliminar, bloquear, denunciar y desaparecer.

Mi primer contacto con el fue un verdadero fiasco, como no entendía mucho sobre emoticones y esas cosas me di a entender mal y el pensó cualquiera, conversamos tan solo una vez y sinceramente no me movió ni un solo centímetro de mi apagado rostro, así que decidí no hablarle mas y en un par de horas ya se había convertido en un simple contacto. No fue necesario eliminarlo ni bloquearlo, al parecer el se dio cuenta que no tenia ni un mínimo de interés en seguir hablando con el, eramos unos simples desconocido con una amiga en común y de eso no pasaba.

Mi vida siguió tal y cual, aburrida y monótona, idas y vueltas, blanco y negro, absolutamente nada nuevo.
A veces me detenía en mi rutina y miraba a las personas, personas que aparentemente vivían felices, la verdad me provocaban unas especie de envidia, no era que yo no fuera feliz, pero lo mas probable que en ese momento me faltaba algo para irradiar la felicidad que a esas personas le desbordaba por los poros. En las noche me inventaba un montón de historias fantásticamente felices, algo así como la vida perfecta, la mayoría involucraban cosas superficiales y materiales, que horror pensar que una tarjetita plástica llenaría ese vacío que tenia.

Después del fiasco de conversación con el chico facebook, decidí eliminarlo unas semanas después, la verdad me sentía incomoda al tener un completo desconocido en ese lugar tan públicamente peligroso, con tanta información sobre mi y mi familia dando vuelta.

Los talveces de una mente enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora