\\[°02°]\\

1 0 0
                                    


~'De pasta a Pizza'~

Ya me había cambiado, llevava una camiseta larga que me tapaba los muslos y unos shorts que a la vista, no se veían.

Abrí la puerta y me encontré con el rubio de cabello rizado esperándome.-Es la hora de comer, ¿qué quieres?- me dijo bastante cortante.

-No lo sé.

-Da igual. La pasta ya se esta haciendo.

-¿Pero...?- caminé detrás de el porque me había dejado con la palabra en la boca.

-¿Vas a seguirme a todos lados?

-Lo siento.- quería salir de ahí pero sabía que sería cómo cavar mi propia tumba ya que afuera no tenía ni casa, ni comida, ni agua, ni absolutamente nada así que tenía que aguantar.- ¿Puedo...?- dije señalando al sillón.

-Es como tu casa.

-Si... su casa.

-Pues si. Su casa, ¿algún problema?

-Solo uno, Munson. Que no me dejéis salir.

-Tenemos que cuidarla.

-Llamar a la policía.

-¡Que no podemos!- dijo en un tono cansado, como si lo hubiera repetido 550 veces.

-¡Sigo sin saber porqué!

-¡Por que vendo droga gilipollas!- oh, no

-¡Pero callate joder!¿¡No habíamos quedado en que no dirías nada!?

-Lo siento, Harrigton pero no se si recuerdas¡que este gilipollas nos pone de los putos nervios!

-¿Y por que no lo hechas?

-Porque... porque... ¡pues no lo sé, ¿vale?! Supongo que es porque no creo que podamos nosotros solos.

-Somos dos y un pirado. Echa al pirado y será mejor, todo encaja.-
Yo iba a explotar por tanta mierda en tan pocos segundos. Hagamos una recopilación, ayer me abandonaron y me desmaye en medio de un bosque y ahora estoy en la casa de un narco, con 3 tipos que no paran de discutir. Wow, que suerte la mía.

-Por favor... parar- dije ya harta de todo esto

-¡Quiero irme!

- Yo tambien quiero salir de esta mierda de ciudad, sacar a esta chica a salvo de aqui y que cierres el pico, pero todo no se puede en esta miserable vida Hargrove.

-Basta, por favor- supliqué con mi cabeza a punto de explotar.

-He quedado, no ayudo en nada.- siguieron ignorandome 𝒈𝒆𝒏𝒊𝒂𝒍.

-Tenemos por fin algo en común.

-La pasta.- dije yo al ver como el agua ardiente empezaba a salir de la olla.

-Mierda.- ¿ahora si me escuchan?
Corrieron a la olla para apagar el fuego. Yo "aproveché" y me dirigí al cuarto.
Fui hasta mi mochila y busque en el bolsillo de la chaqueta que meti adentro para guardar en el bolsillo unas pastillas que mis padres me tenian terminantemente prohibidas. Eran una especie de droga muy fuerte que vendian en la farmacia solo para gente que traian certificados de psiquiatras o movidas asi. Obviamente yo no tengo nada de eso por eso tenia que falsificarlo, Marc me ayudaba. Justo cuando iba a tomarme una, Eddie entro.

An impossible dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora