Carta 1

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19 de noviembre a 2023.
Huatulco, Oaxaca.

Mi entrañable esperanza:

Debo confesar que han pasado varios días en los cuales he querido dejar de seguir avanzando, quedándome atorada en un pozo lo suficientemente profundo como para no ser vista ni oída por nadie. Tal vez sea por todas la desilusiones y el dolor que estas mismas han provocado, dejándome herida.

O por lo menos, lo suficiente lastimada para hacerme dudar de la gente con mas poder que yo.

Todo el mundo me dice que me detenga, que deje de seguir con juegos que no me llevaran a ningún lado y me concentré en lo que en verdad es importante, un trabajo y una verdadera profesión. No hay espacios para mas juegos.

Pero siempre llegas a rescatarme. A enseñarme que no son simples juegos de niños.

Te acercas tan gentil y sutilmente, solo para darme una mano amigable y ayudarme a seguir adelante, recordarme que siempre habra gente que quiera hundirme, herirme y lastimarme, incluso hacerme sentir menos. Pero no es así, porque todo el trabajo, esfuerzo y pasión que pongo en mi trabajo es con el único objetivo de vivir como yo lo soñé y plane.

Gracias, por estar a mi lado y nunca dejarme, aun cuando el día se sigue viendo igual de obscura que la noche.

Cartas al almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora