Perdonar es sanar

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Los primeros días que compartieron la cama, cuando Storm se mudo con Cruz después de que la alfa le insistiera hasta el cansancio y que este aceptará con el único propósito de quitarse de encima a la castaña persistente.

Pero había un pequeño detalle. El azabache se despertaba a la misma hora de la noche y salía a fumar al patio por un rato.

Cruz lo dejo pasar porque en su cabeza formuló la idea de que Storm no estaba acostumbrado a estar alejado de casa; su nido. Lo último que ella quería era molestarlo o hacerlo sentir asfixiado con su sobreprotección.

Transcurrió una semana y Cruz supuso que a estas alturas Jackson ya se había familiarizado con su nuevo hogar, que dejaría atrás ese mal hábito de salir a fumar a media noche; y ella tenía razón, Jackson ya no se escapaba de la cama.

Los resultados fueron reconfortantes para su alfa interior; despertar y lo primero que miraba era la hermosa sonrisa de felicidad en el rostro de su omega, este mismo lo recibía con muchos besos en el rostro y mimos, una faceta oculta que jamás imagino que Storm tenía. Cruz se podría acostumbrar a esto.

Pero todo eso cambio un domingo por la tarde en medio de su maratón de películas cuando Storm recibió una llamada de un número desconocido. Le hizo señales de que saldría a contestar al patio y Cruz asintió con la cabeza, pauso la película hasta que regresará su panquecito y en la espera se puso a leer los mensajes de sus seguidores en instagram.

Pocos minutos después Storm regreso a la habitación pero paso de largo a Cruz antes de que ella pudiera al menos hacer una pregunta. El omega se encerró en su habitación con un fuerte portazo que lograba transmitir con claridad su estado de ánimo; no quería a nadie cerca y tampoco estaba de humor para responder preguntas.

Después de llamar a su puerta un millón de veces y ser ignorada por Storm, Cruz tiro la toalla y salio a buscar al señor McQueen.

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Antes de que el reloj que colgaba en su pared marcará las diez de la noche, Cruz ya estaba metida en la bañera, estaba súper borracha y no quería que Storm la encontrará en ese estado.

Detesta cuando Storm hace ese tipo de cosas y ella prefiere desahogar su amargura con una buena cerveza acompañada de su maestro y mejor amigo, en lugar de confrontar las cosas como una persona normal lo haría. ¿Que diría su psicóloga ahora mismo?

Cuando entro en su habitación Storm permanecía acostado en la cama tal y como Cruz lo encontró cuando llegó a casa.

La colombiana no se molestó en tratar de no hacer ruido cuando busco su ropa para dormir, porque el azabache estaba dormido, su omega tiene el sueño tan pesado que ni siquiera el ruido de una bomba detonando lo despertaría, además, estaba escuchando música con sus audífonos puestos.

Cruz ceno un plato de cereal, reviso los correos del trabajo de Storm y se fue a dormir.

Unas horas después la colombiana despertó cuando escucho ruidos muy fuertes venir de la cocina, uno en particular llamo su atención y eran los suaves pero audibles sollozos de Storm.

Cruz salió disparada en busca de su omega que tal vez estaba en peligro, en su mente se formularon un millón de posibilidades "un ratero entro en la casa y lo estaba amenazado o algún alfa logro colarse y quería someterlo" cada opción era por mucho pero que la anterior.

Salto a la cocina con garras y colmillos a la vista, lista para atacar a quien tuvo la sensatez de molestar a su omega. La imagen que recibió fue por mucho desgarradora; Storm estaba tirado en posición fetal, rodeado de muchas botellas vacias de cerveza y polillas de cigarro

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⏰ Última actualización: Nov 19, 2023 ⏰

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