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El bailarín yace de costado con la ropa intacta

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El bailarín yace de costado con la ropa intacta. Mew se viste. —Quizás estás muy enamorado como para no querer sexo. La mayoría de mis clientes me destruyen el culo como si no fuera una persona.

—Lo siento. No eres tú, créeme, tú eres increíblemente hermoso.

Gracias. — El chico brinca los hombros haciéndose el presumido. Tiene una rodilla alzada frente a la otra. A veces zigzaguea la rodilla o gira el tobillo tumbado.

—No sé por qué no pude tener sexo contigo.

—Yo pienso, — El bailarín se pone en pie. —que es porque estás enamorado. Realmente enamorado. ¿Sabes? Sé que solo soy un prostituto y que mi palabra no vale nada, pero… Si no tienes a alguien con quién hablar, puedo ser un amigo. No debes pagar. Solo ven a verme. — Sonríe. —No sé quién sea el amor de tu vida, pero cuídalo. No le faltes el respeto con más prostitutas y tampoco te faltes el respeto a ti.

—Gracias, er…

—Earth. Mi nombre es Earth.

—Un placer conocerte, Earth.

Mew le sonríe con honestidad y le acaricia un hombro antes de irse. Tras salir por la puerta lanza dos monedas y el chico las toma con un pie. Al acercar las monedas, las mismas son de oro. Él cierra las monedas en sus dedos y mira alrededor con miedo. —Por Dios. — Susurra y esconde las monedas dentro de sus pantalones.

—Earth, tienes un nuevo cliente. — Informa el dueño del lugar desde la puerta.

—¿Ah, sí? Que pase.

El hombre se retira y entra un panzón de risa retrasada y encías grandes. Más grandes que sus dientes. Es tan alto que sus pisadas hacen temblar el pavimento.

—Hola. — Saluda el hombre.

—Hola. Cariño, como ves no tengo brazos, ¿serías tan amable de limpiarme antes de que comencemos? Hay áreas que mis pies no pueden alcanzar. Mucho menos los dedos de mis pies.

—Por supuesto.

Él se arrodilla frente a él y le baja los pantalones. Earth envuelve los pantalones con la ayuda de sus pies para ocultar las monedas y sonríe.

•••

Mew cabalga hacia el castillo, atravesando la fría ventisca de la noche. Cuando ve un carruaje detenido al margen del camino. El auriga estaba muerto, con la boca abierta y la garganta invadida. Tras el carruaje, se llevaba a cabo un asunto más macabro.

Podía reconocer el cabello de ese hombre en cualquier parte.

El señor Imé.

Mew baja de su caballo y corre hacia Imé, empujándolo para ver a la mujer que atormentaba. Al descubrirla, su rostro se arruga como una pasa y su corazón se deshace en cenizas. Le duele ver a Lookjun tomando bocanadas de aire y tocándose la garganta en el débil intento de cerrar su corte.

Puer Delicatus| MewGulf 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora