Otro Mundo más [Parallel #2]

⇢𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟬𝟯⇠

—Muy bien, ya que es el primer día de Dylan y Vanessa en la escuela, necesitarán de su ayuda para poder adaptarse a este nuevo mundo —habló Donald mientras sus hijos se encontraban sentados desayunando en la isla de la cocina, junto con Leo.

—No te preocupes, súper D, yo me encargo —habló el moreno con orgullo.

—Sin ofender, señor Davenport, pero estoy seguro de que no necesitaran de nuestra ayuda —comentó Chase mientras el par de hermanos entraban a la cocina detras del Davenport más grande—. Han fingido que van a la escuela por mucho tiempo, incluso lo hacían cuando vivíamos con ellos —agrego desanimando se un poco—. Además de que son más listos de lo que parecen.

—Eso es cierto —asintió la chica arriba de la isla y haciendo que se asusté Donald.

—¿Dónde estaban? —interrogó el mismo.

—Corriendo por la ciudad —respondió el rubio haciendo que vuelva a soltar un grito y provocando que el trío se ría de él.

—Salen a correr todas las mañanas antes de comenzar con sus tareas diarias —informó Chase levantandose para dejar sus trastes sucios en el fregadero y lavarlos.

—Muy bien, vayan a tomar una ducha y a prepararse, tienen que irse en 10 minutos —ordenó haciendo querl par se queje y se marchen a sus habitaciones para hacer lo pedido.

A pesar de que los hermanos Davenport estaban emocionados por tener a sus amigos en la escuela y en su casa, los Cranger no podían decir que era del todo cierta la emoción que ellos expresaban. La verdad, ninguno de ellos sabía lo que podía pasar o a lo que estaban a punto de arriesgarse al estar en este universo, solo esperaban que no se alterará la línea temporal y termine en desastre total.

Sin embargo, Leo estaba curioso pero más preocupado de que pudieran ser un engaño y terminen siendo igual que Marcus: los malos y unos traidores. Pero eso nunca podría llegar a pasar, como siempre les decían a las personas que les preguntaban si eran malos o buenos: "Depende de la persona que te hable de nosotros. Para unos somos los buenos, para otros somos los malos y a otros no les importa en lo absoluto". Era increíblemente sorprendente la manera en que podían llegar a tener en ocasiones como esta.

Por otro lado, dejando ese tema de lado, una vez que Vanessa y Dylan estuvieron listos para irse, ambos bajaron a la planta principal con una mochila colgando de sus hombros.

Vanessa tenía un pantalón de mezclilla ajustado que le hacía resaltar la forma de su cadera mientras tenía puestos unos hermosos botines con tacón de aguja también color negro, tenía puesta una playera de tirantes negra que funcionaba más como un top al mostrar parte de su abdomen bien formado, encima llevaba una chamarra negra que le quedaba grande, la cual le había prestado su hermano. Su cabello iba suelto, mostrando unas hermosas, sensuales y sedosas hondas haciendo que le tape uno de sus bien maquillados ojos. Y su rostro mostraba hostilidad pura, pues sus ojos tenían un sombreado oscuro con un delineado bien hecho y una máscara de pestañas que se las alargaba y enchinaba de una forma preciosa.

Sin duda alguna, Vanessa iba a ser una de las chicas más odiadas en la escuela, sobretodo porque se juntaba con el chico más guapo de toda la escuela.

Dylan llevaba un pantalón de mezclilla negro con un poco de entallado mientras llevaba puestos unos converse negros con blanco, tenía puesta una playera negra que tenía una calabera pintada en la espalda junto con una chaqueta de cuero negra encima de ella. Aunque él no usaba maquillaje, su cabello era lo que lo delataba y sus expresiones lo que lo hacían ver cómo uno de los chicos malos. Su rubio cabello estaba peinado hacia la izquierda, pero lo dejaba caer sobre su rostro en un efecto despeinado.

Una vez que bajaron, Adam, Bree, Chase y Leo estaban a punto de salir de la casa para irse a la escuela, pero las pisadas los alertaban de la proximidad de los chicos haciendo que se detengan para poder presenciar su forma de vestir.

—¿Qué traes puesto? —le preguntó Bree a la chica cuando vio con atención su vestimenta.

—Ropa que no nos hará ver cómo niños chiquitos —respondió la contraria caminando hacia la cocina, siguiendo a su hermano para poder comer algo antes de irse.

—No pueden ir vestidos así, llamarán demasiado la atención —reprochó Chase acercándose un poco a ellos.

—A menos de que te conviertas en el bully de la escuela con buen estilo —recriminó Dylan sacando una botella de café Olé mientras lo agita y se lo pasa a su hermana para que lo abra.

—Eso no existe —habló esta vez Leo, confundido por lo que estaba presenciando.

—Lo estás viendo —contesto Vanessa mientras se señala y a su hermano, tomando una manzana del frutero para darle una mordida a ella—. Si quieren vayanse con Davenport, nosotros vamos a tomar otro carril —informó sin que entendieran lo que trataba de decir.

Aunque sus LHSport no decían lo mismo, pues estos brillaban, señal de que tenían algo oculto y planeado.

—Nos vemos en la escuela —exclamaron ambos saliendo de la casa y despidiéndose de forma breve.

Aunque, al salir de la casa, se encontraron con Davenport en un auto esperando a sus hijos para que pueda llevarlos a la escuela. De hecho, Bree siempre se bajaba entre una a tres calles antes porque le daba vergüenza que la vieran llegar con su familia en el auto de su padre.

Pero, cuando vio al par de hermanos caminando por el pasillo de concreto de la casa, se extraño que fueran tan amistosos con el otro y también que estuvieran tan tranquilos. Aunque el hecho de que iban solos, sin sus hijos, lo extraño mas de lo esperado.

—Oigan —los llamó haciendo que lo volteen a ver y se detengan—, ¿no quieren que los lleve? —ofreció con una sonrisa mientras escucha las puertas de su auto abrir y volverse a cerrar.

—Gracias, señor Davenport, pero iremos nosotros solos —pronunció Dylan volviendo a su camino y sacando un pequeño aparato de su ropa, lanzándolo al suelo para formar una motocicleta sumamente veloz, era una Kawasaki Ninja Hr2, pero mejorada para que fuera a más de 500 km/h.

Una vez que se subieron a la moto, ambos se colocaron los cascos que ocultaban sus auriculares, permitiendo que pudieran irse a gran velocidad.

—Eso es nuevo.