Time and Him are Just Right 时光与他, 恰是正好 by 蒋牧童 Jiang Mu Tong

Nadie la dejo ir.

Capítulo 24

En la amplia y luminosa cafetería suena música relajante. Una cafetería de este tipo es adecuada para pasar el tiempo libre, en ese momento había una ligera discordia debido a que el joven estaba parado frente al cajero.

Lin Xi se sintió un poco incómodo al ver su rostro frío.

La personalidad de Ji Junxing no es cálida, pero no pierde los estribos casualmente.

Lin Xi lo conocía desde hacía mucho tiempo y esta era la primera vez que lo veía así.

Ella estaba un poco indefensa y preguntó en voz baja al otro lado de la pequeña barra junto a la caja registradora: "¿Qué quieres hacer para no enojarte?".

Tal vez incluso la propia Lin Xi no se dio cuenta de que cuando hablaba, siempre usaba partículas modales inconscientemente.

——¿Qué tienes que hacer para no enojarte?

--¿Qué estás haciendo?

Cuando Ji Junxing escuchó su tono suave, la ira en su corazón se derritió como si se vertiera agua caliente directamente sobre los cubitos de hielo.

Es más, parecía indiferente en la superficie, pero en su corazón era un trozo de hielo hacia ella.

Lin Xi salió del cajero y vio que su cara sudaba más que antes.

Señaló el asiento junto a la ventana: "¿Por qué no te sientas allí un rato?".

Incluso ella se sentía cansada después de distribuir folletos durante tanto tiempo.

Es más, cuando Ji Junxing estaba repartiendo folletos hace un momento, las chicas hablaban constantemente con él.

Supongo que no sólo la gente está cansada, sino también el corazón.

Después de que Ji Junxing se sentó, Lin Xi no se sentó, sino que regresó a la caja y trajo un menú. Le entregó el menú a Ji Junxing, "Lo que quieras beber, te lo compraré".

El Sr. Ji, frente a él, levantó los párpados, tomó el menú y preguntó: "¿Cuánto cuesta trabajar aquí durante una hora?".

"Cuesta ocho yuanes si estás en la tienda y diez yuanes si sales a repartir folletos".

Lin Xi fue muy honesto y no le ocultó nada.

Pero escuchar estas palabras hizo que la frente del Maestro Ji se contrajera nuevamente y sintió un sentimiento indescriptible en su corazón.

Ji Junxing estaba abriendo el menú casualmente, pero ahora miró hacia abajo y vio que una taza de café cuesta 48.

Se quejó enojado: "¿Qué tipo de café es este? Es demasiado caro".

Lin Xi parpadeó y susurró: "Este café es importado. El gerente de nuestra tienda muele los mejores granos de café para hacer café hecho a mano".

Ji Junxing miró rápidamente el menú, lo cerró y lo colocó sobre la mesa.

Él dijo: "No me gusta el café, dame un vaso de agua con hielo".

Cuando Lin Xi vio lo que dijo, no lo dudó, porque cuando el gerente de la tienda preparó café por la mañana, intentó beberlo y no le gustó mucho. Pero señaló el menú y dijo: "También hay postres, ¿te gustaría probar uno?".

Con la rápida memoria de Ji Junxing, simplemente escaneó el menú y ya sabía que el postre más barato en esta tienda cuesta 36 RMB por porción.

Su salario por tres horas de distribución de folletos no era suficiente para comprar ni un pedazo.