{05} 𝑫𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒅e tí {05}

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La época de lluvia había comenzado, a pesar que en Zaun y sus altibajos pareciera que no les tocara ni el sol, la lluvia parecía durar al menos una eternidad; tan ácida, pero no tan tóxica, a fin de cuentas, sólo era lluvia.

La humedad no tardó en hacerse llegar a la casa. Mostrándose así en su más fría forma sobre las paredes de tal habitación. Tras estar al descubierto, quejó temblorosa, adentrándose en la calidez de las sábanas, abrazando febril una de las almohadas del hombre. Jugueteando un poco, hizo un camino con sus uñas, acariciando sus piernas y bajando de ahí a su entrepierna húmeda, frotando su torso contra esa almohada, erizando su piel. Estaba preparada para comenzar algo que le haría entrar en calor, sin esperarse el picaporte de la puerta estaba por abrirse, riendo para si misma salió de las sábanas mirando a Silco dentro de la habitación, saludando con alegría de verle:

-Buenos días, Viejo-

De la misma manera que ella lo miraba, la admiró más deslumbrante de lo habitual, la claridad de esa mañana gris la hacía ver aún más lívida, con algunos tonos rojos que descansaban en sus mejillas. Era la imagen más bonita que pudo haberle regalado el día.
Sin embargo, durante la madrugada, se encontraba insomne; su serenidad se veía estropeada por sus actos e imágenes y sonidos que marcarían su conciencia.
Mostrándose incómodo. Con seriedad respondió, apartando la mirada:

-Buen día, Jinx-

Rápidamente ella captó la frialdad con la que se refirió.

-¿Tan temprano y ya de mal humor?-

Respondió aún más traviesa, mirando al mayor apenado.

-Sabes, Silco; hace demasiado frío, ¿Por qué no mejor en vez de marcharte, nos quedamos aquí y dormimos un poco?-

Su retorcida mente acató la invitación como una indirecta. Cambiando un poco su postura, intentando romper el silencio para salir lo más rápido del lugar, sin darle la mirada comentó:

-Anoche bajó mucho la temperatura, si hubieras dormido con algo más, no tendrías frío ahora, ¿No creés?-

-Silco...-

Pronunció Jinx gélida.

-Hoy tengo otra junta con unos negociantes, no prometo volver al momento-

Envueltos en silencio, Silco tomó una de sus gabardinas para ver por última vez antes de salir a la joven que estaba cubierta por las sabanas, mirándole con culpa y él tan deseoso por abalanzarse sobre ella; cubrirla con sus brazos, acostarse, abrigarse con las sábanas, llenar cada parte de su cuerpo con besos amorosos y dormir como lo hicieron en días anteriores.
Pero, no podía; no se sentía tranquilo. Indecisamente quería depositar un beso en su mejilla, más no lo haría.

-Adiós, Jinx-

Fríamente así, salió de la habitación dejando a Jinx con su mente inquieta.

Agobiada por sus acciones, decidió abandonar la cama y salir, porque ya no era un lugar seguro para ella ahora.
Pasando a su habitación y encontrándose con unas hojas regadas en el suelo.

Llena de temor las recogió para leerlas, se sentía descubierta, tal vez no había sido la mejor idea hacerlo en la habitación del ajeno.

El molesto ruido se hacía presente en su cabeza, entraría en estado de ansiedad, sintiendo como su pecho de contraía y sus piernas temblando. Antes que pudiera empeorar su estado mental, tomó fuerzas para vestirse y buscarlo en la oficina.

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𝑰𝒏𝒕𝒐 𝒀𝒐𝒖 (Jilco) -HISTORIA CONCLUIDA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora