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Ariana.

Estaba en mi cuarto, era de noche, principios de Septiembre. Me estaba vistiendo para salir.
Se celebraba una fiesta de fin del verano, cualquier escusa es buena para que en este pueblo se haga una fiesta.
Peiné mi cabello castaño claro dejándolo suelto sobre mis hombros.
Cuándo ya terminé de prepararme bajé a la cocina, mi madre estaba preparando su cena y la de mi hermano.

-¿Que estas haciendo?
-Macarrones -respondió llevando unos platos a la mesa. Hice lo mismo con los vasos- ¿Vas a ir al final a la fiesta?
-Si, no llegaré muy tarde -asintió y siguió haciendo la cena mientras yo terminaba de poner la mesa- Me voy ya -di un beso en la mejilla a mi madre y cogí la chaqueta.
-Pásatelo bien y avisa a tu hermano anda. Esta en el porche.

Hice lo que me dijo, estaba en un banco mirando a la calle a saber el qué. Me acerqué poniendo una mano en su hombro.

-Adrián, mama quiere que vayas a cenar -miré a la calle- ¿Que miras?

El señaló una parte de la calle a la que no le llegaba la luz de las farolas. Allí había un chico apoyado sobre la pared al que no había visto en mi vida por el pueblo, y eso que conocía a la gente de aquí.

-Es tan solo un chico -reí levemente mirando a mi hermano de 7 años.
Se encogió de hombros.

Volví a mirar y esta vez el nos miraba, supongo que a los dos. Estaba fumando y no apartaba la vista de nosotros.

-Es raro -me susurró.

Negué mirándo a mi hermano de nuevo. Sonreí.

-¿Sabes? Mamá ha echo tu cena favorita, venga ve -se le iluminaron los ojos, que fácil es hacer feliz a un niño. Se levantó y entró corriendo.

Volví a mirar la calle y el chico se había ido. Cerré la puerta de casa y monté en mi coche. La fiesta era en el lago así que pillaba algo lejos de mi casa.
Aparqué donde estaban los demás coches. Salí del coche y di una vuelta para ver el ambiente y así buscaba a mis amigos.

Con algunos de ellos había quedado alguna que otra vez este verano, más bien a principios porque el ultimo mes había estado fuera, pero a otros apenas les había la visto.

Por los árboles había colgadas bombillas, algunas hogueras pequeñas a lo largo de la costa del lago y música.

La verdad que quien hubiera echo esta fiesta se lo había currado.

-¡Ariana! -alguien había gritado mi nombre, me giré y vi a Elena. Me sorprendió el gran abrazo que me dió y que yo la devolví- ¿que tal el verano?

-Muy bien, normalito pero genial -reí- ¿y tu que tal? -empezamos a andar, seguramente ella sabía dónde estaban los demás.

-Súper, los chicos franceses están muy buenos -reí por su comentario- Y París es muy bonito. Me encantó.

-Me encantaría ir co... -la rubia no me dejó terminar la frase.

-Con alguien especial -rodó los ojos- lo has dicho como mil veces, para mi es mas fácil adivinar como vas a acabar cada frase que dices que acordarme que cené la noche anterior -asintió con un aire de importancia. Negué riendo.

-¿Entonces me estabas insinuando que el amor llamó a tu puerta y no me lo habías contado hasta ahora? -la miré con una mirada acusadora.

-No, te habría mandado un mensaje en cuanto sonara el timbre por eso no te alarmes -me miró- ¿tu que tal en ese tema? -alzó las cejas seguidamente.

-El forever alone tatuado en la frente de por vida -reí.

Nos paramos enfrente de una hoguera dónde estaban todos en circulo sentados alrededor de ella, algunos con vasos en las manos.

Nightmare |D.F|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora