Jeon Jungkook, un mercenario y maestro del engaño, arrogante, no conoce el amor solo el odio y la venganza. Es un escritor y empresario millonario, dueño de una de las mejores editoriales del mundo, conocido por su arrolladora manera de escribir y p...
Creo que mis ojos no podrían abrirse mas, todo lo que en estos momentos acabo de leer es absurdo, este hombre pretende ser el dueño de mi vida, pero que es esto por dios, un trabajo o una dictadura, mi cara debe estar roja de la rabia que recorre por mi cuerpo, pero no es tanto el saber que este hombre quiere tener poder sobre mi.
Mi rabia es al leer el ultimo párrafo de la hoja en donde dice que si el contrato esta firmado no puede ser cancelado, sino que seria demandado por incumplimiento y debería pagar una suma de diez millones de dólares, este hombre tiene mi vida en sus manos, ¿en que momento me he metido en todo este lio?...
Pienso una y mil formas de hacer que ese contrato no tenga validez, pero cada idea que viene a mi cabeza, es borrada al recordar que aquel hombre controla no solo el país, sino mas de uno, podría aplastarme como una cucaracha si así el lo quiere, por ese motivo decidí empezar hacer mi maleta, debo encontrar la forma de sólo trabajar ese mes de prueba, luego de ello me iré y no volveré nunca mas a esa empresa.
Jimin y Hana llegaron hace poco y luego de una larga charla están de acuerdo conmigo, necesito buscar la manera de acabar con ese acuerdo, pero por el momento debo trabajar como si no estuviera matándome la cabeza por saber como librarse de ese problema, mi closet esta terriblemente vacío y con ese último vistazo a la que fue mi habitación por un año, caigo rendido en un largo sueño profundo.
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El sonido de mis zapatos contra el suelo de la empresa suenan estrepitosamente, bueno no me culpen, llevo retrasado diez malditos minutos, el detestable autobús tenia que demorar mas el día de hoy, es tan desesperante tener que usar ese endemoniado aparato, un suspiro sale de mi al observar que aun no ha llegado Sunhee ni el señor Jeon, camino hacia una de las sillas que estan al frente del gran escritorio de resección y tomó asiento en ellos, la pequeña maratón que he dado me ha dejado muy cansado, observo detenidamente la sala en la que me encuentro buscando una máquina exprés de café, recuerdo que en la lista hablaba de un café que debía preparar para el odioso y controlador del señor Jeon, mi búsqueda queda detenida cuando observo la llegada de la despampanante Sunhee, ella me observa y con un movimiento delicado me dice que me acerque, tome mi maletín y camino hasta su escritorio.
—buenos días, señor Kim, me alegra que sea puntual, el señor Jeon no soporta la gente impuntual—asiento en su dirección preguntándome por que esta mujer habla como si de un robot se tratase, sacudo mi cabeza y la miro detenidamente—bien, ¿estudio la lista que le di?—el solo recuerdo de esa lista me revuelve el estómago, muerdo mi labio y aprieto las manijas de mi maletín.
—Si señorita, lo leí y creo que eso no se puede llamar lista de trabajo, parecía un reglamento de ordenes de una dictadura —ella abre los ojos y yo me alejo un paso, creo que la he cagado.
—Señor Kim, si desea seguir trabajando aquí, por ningún motivo vuelva hablar de ese modo y menos si el señor Jeon esta cerca, créame que no duraría ni un minuto—su pequeña advertencia hace que mi cuerpo se sacuda un poco, se que ella tiene razón, pero es tan frustrante el no poder hacer nada que las palabras salieron solas de mi.
Asiento en su dirección y ella me mira fijamente cómo si estudiara mi persona, luego de unos segundos en donde la mujer frente a mi termina de examinarme, vuelve hablar
—En la puerta que esta a su derecha, se encuentra la cafetería personal de presidencia, entre en ella y haga el café expresó del señor Jeon, no use leche normal, prepárelo con la leche que esta expresamente para el CEO, tampoco toma el café con azúcar, así que no le ponga nada de eso, en el primer cajón de la estantería encontrara todo lo que va a utilizar para prepararlo, ahora, si no desea empezar mal el día le sugiero que se apure preparando el café, recuerde que debe estar en el escritorio del señor antes de su llegada.
Sacudo mi cabeza y camino hacia el lugar que la mujer me dijo.
Una gran cafetería con todo lo necesario esta frente a mi, es mas grande que mi sala, coloco mi maletín en un sillón que esta al lado de la puerta y camino al estante que se encuentra en una esquina.
El primer cajón de abajo tiene el apellido del señor, con un suspiro abro el cajón y encuentro todo lo que la mujer me dijo, nunca pensé que ese hombre fuera tan quisquilloso, una bolsa de café importado con una caja de leche que nunca había visto junto a una tasa de vidrio de miel es lo que encuentro en el cajón, suspiro cansado y tomo los productos para preparar el café.
El pitido de la máquina avisando que ya esta todo listo me saca de la maravillosa vista de new york, tomo el café en mis manos y con mi maletín en mi brazo salgo de la grandiosa cafetería, creo que mis almuerzos aquí serán maravillosos. Frente a mi se encuentra Sunhee en su lugar de trabajo revisando unos papeles, le hago una señal avisándole que llevaré el café y ella me responde con un movimiento de cabeza.
Camino hacia el despacho del señor Jeon, abro la puerta y un gran grito sale de mi acompañado con el ruidoso golpe que hace el vaso al caer al piso, frente a mi se produce una imagen que nunca imagine ver. El jefe tiene su camisa abierta junto con sus pantalones y bóxer enrollados en sus pies; de rodillas a el esta una mujer de cabello negro que realmente no quiero decir lo que le esta haciendo por que hasta yo estoy traumado por la escena.
—Mierda—escuché
Las palabras del señor Jeon me hicieron sacudir la cabeza saliendo de mi pequeño shock, los ojos negros y fríos de el me observan furiosos.
Asustado y temblando por lo que este hombre pueda hacer, cierro la puerta y corro de vuelta al lugar de Sunhee, la mirada confundida de la mujer me recibe en la sala, mi respiración es muy acelerada y no es por la pequeña carrera que he dado, es por la escena reproduciéndose en mi cabeza. Dios tendré que hacer un maratón de mis series favoritas muchas veces para borrar esa imagen de mi mente.
—¿Que sucede Taehyung?, por que vienes así—es la primera vez que usa mi nombre y nunca imagine que seria por este motivo, intentó tranquilizarme para responder sus preguntas. Luego de una profunda respiración hablo.
—El señor Jeon esta en el despacho, digamos que vi algo que no quisiera haber visto—su ceño se frunce y luego de ordenar sus ideas aprieta sus labios entendiendo lo que quise decir.
—Ese idiota, no puede controlar sus hormonas—mi boca se abre de una manera terrorífica, la forma en la que se dirigió a su jefe podría ser algo desastroso, ella observa mi expresión y una gran risa explota en su rostro
—No te sorprendas mucho Taehyung, Jungkook y yo somos primos, por eso puedo dirigirme a el como quiera, en realidad solo lo hago cuando estamos solos, ya sabes ordenes del señor la bestia andante—el asombro es palpable en mi, vaya, y yo que pensé que se acostaban, bueno gente ahí esta el dicho de que no debes juzgar sin antes conocer.
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