Tal y como una sombra se deslizaba por los arboles, su cuerpo ya no era tangible y ahora era un borrón de oscuridad que se deslizaba con clase por entre las ramas de los árboles, mientras oía el latir, el respirar de sus hijos persiguiéndolo, tal y como depredadores a su presa, o simplemente cachorros intentando acercarse a un lobo anciano.
Uno lleno de una profunda rabia y una cólera explosiva. Saltando unos metros sobre el aire, tuvo una caída estilizada rodando sobre su espalda para ponerse de pie casi en el mismo movimiento para cuando estuvo en el suelo, calentando sus hombros giro con la intención de ver a sus perseguidores.
Viéndoles en el suelo, fue fácil adivinar que ya yacían cansados, reconocía que su velocidad era impresionante, pero tampoco a estas alturas, pero ciertamente se descuido, girando su cabeza vio el ambiente yendo mas lento.
Observando la mano de zen sujetando una espada corta pasando por aun lado de su cabeza, a Helmwige lanzando una feroz estocada a su estómago, acciones que le provocaron una sonrisa burlesca bajo su máscara y en un simple suspirar se preparó.
Pateando la punta de la lanza de Helmwige con su pie, hizo que esta le golpeará la cara haciéndola retroceder, cambiando de objetivo impacto un poderoso puñetazo en la mejilla de zen quien volo por la fuerza, e impacto contra el suelo y quedó tendido en este mismo casi inconsciente.
— No ataquen por atacar, busquen alguna forma para concretar un mejor ataque, puntos ciegos, habilidades, hay millones de posibilidades, no sólo se lancen a la loca—. Comentó, poniéndose de cuclillas, observó de forma respectiva a sus hijos incorporándose de sus respectivos golpes—.
Viendo a Helmwige, apretar los dientes furiosa, con la frente roja como la nariz, se abalanzó sin pensarlo mucho, lanzando rápidas y constantes estocadas con su lanza. Cada una de ellas fue bloqueada o simplemente desviada.
Pero vómito sangre, y con los ojos apuntó de salirse de sus cuencas por lo abiertos que estaban, descendió la mirada y observó el puño de su “padre” impactado directamente en uno de sus riñones y una pequeña parte de su intestino Delgado y grueso.
— Tu ira es buena, pero te nubla con facilidad, aprende a usarla y te volverá una mas que excelente combatiente o ¿acaso quieres ser una simple ama de casa?—. Su tono era tranquilo como apacible, un conjunto que se lleva de la mano—.
Saltando hacia atrás atravesó unos metros en un instante y quedó suspendido del suelo en la rama de un árbol a unos 10 metros de donde había salido. Viendo que donde se encontraba había un agujero provocado por un ataque magico, mas específico de tipo fuego quedó brevemente impresionado, pero aquella impresión desapareció con rapidez.
Viendo como Shin y julia aparecían al campo de combate, observó atento sus movimientos, shin corrió a auxiliar a un zen aún tendido en el piso, julia ayuda a Helmwige a que siguiera de pie.
Sonriendo bajo la mascara, no obstante sintió la energia del líder de la facción nórdica, siendo una vaga señal de que su visita ya habría acabado y era hora de retirarse. Notando que sus hijos le veían atentos a cualquier otro movimiento implicado por su mérito, elevando la mano se despidió y cuando la bajo su cuerpo se desintegró ahi mismo, sobre aquella rama sus partículas aun unidas fueron tomadas y distribuidas por el viento.
[. . .]
Levantando su torso de la cama casi de un salto sostuvo su corazón, respirando de forma tensa observó su alrededor.
— Ese tipo golpea bastante duro, te dejo inconsciente como por 5 horas, ¿tienes hambre o sed? —. Pregunto sería acercándose a su hermano, a un paso lento como vago—.
— No, ¿shin se encuentra bien y Helmwige? —. Respondió y preguntó preocupado intentando levantarse de la camilla en donde reposaba—.
— Hey no me escuchaste cabeza hueca, llevas 5 horas inconciente, estas debil eh intentar levantarte solo te provocará mas daño, ademas las chicas están bien, asi que no te preocupes y descansa—. Recomendo , infligiendo un poco de fuerza sobre su hermano para que se volviera a recostar —.
[. . .]
La seguridad era constante por los pasillos del castillo del líder nórdico, tal y como miles de hormigas los soldados se movían con constancia cubriendo cada pasillo en formaciónes masivas. Este suceso no era fácil de aceptar para nadie ni para el mismo lider, quien era alguien apacible y tranquilo a situaciones de este grado.
Los chicos caminaban por los mismos pasillos por donde los guardias marchaban, aún estaban en pillama y venían de visitar a su hermano zen en la enfermería.
Helmwige se encontraba sería con unos parches blancos en la frente y nariz, su mirada reflejaba una inconsistente furia impropia de ella, impropia de su forma de ser, apretando los puños avanzaba con rapidez bajo la mirada de confusión y preocupación de una shin a sus espaldas, abrazando un oso de peluche sus pasos eran lentos a comparación de los de su hermana.
[. . .]
— Bien muchachos, considero que es mejor que vayan a Kioto, ese sujeto no es para tomarlo a juego, si se logró infiltrar sin levantar algún tipo de sospecha—. Comentó seriamente delante de los jóvenes—.
Los chicos asistieron y sin negar a la petición del anciano abandonaron los dominios nórdicos por un portal, cuando lo cruzaron por completo este se cerró a sus espaldas, observando las tierras yokais no esperaron y comenzaron a caminar.
— No creen que ese tipo tiene algo que ver con papá?—. Pregunto tranquilo avanzando lentamente como sus hermanas—.
— A qué viene eso?—. Respondió con otra pregunta—.
— No lo sé, simplemente paso por mi mente, en verdad ese puñetazo me dejó un tanto estúpido—. Comento sujetando su mejilla, sintiendo un dolor fantasma en ella.
[. . .]
Habría caído la noche, extendiendo su plano oscuro lleno de estrellas en el páramo nocturno y silente que era el cielo en esos momentos, zen avanzaba por los pasillos del castillo de la líder de la facción Yokai, con una compleja expresión de severidad combinada con un malestar inconsistente.
Parando su lento andar giro brevemente su mirada hacia atrás y la observó ahí parada viéndolo con lástima y ciertamente preocupación, una preocupación ameritada a una madre.
Acercándose lentamente al muchacho que seguía ahí parado sin moverse, cuando estuvo a centímetros de él, extiro su mano y sujeto su mejilla, acariciándola con delicadeza, mientras lo veía con una pequeña sonrisa entre sus labios.
— Se que estas preocupado por shin cariño, pero ella se encuentra bien, quien se infiltró no le hizo nada asi que por que no descansas, mañana hay preparativos a los cuales me gustaría que ayudarán —. Habló de forma dulce, acariciando con delicades la mejilla del joven quien apaciguaba su expresión —. Ven, me quedare contigo hasta que te quedes dormido.
Asintiéndo ante esto, empezó a seguir a la mujer Yokai, que había comenzado a caminar, no parando el paso llegaron a una habitación específica siendo la de él, entrando junto a la mujer y fueron directamente a la cama, pero ella fue primero por una silla que había en un escritorio de la habitación y la acercó para sentarse mientras él realmente se acostaba.
Acurrucándose entre las mantas acomodo su cabeza en su almohada, sacando su mano derecha de entre las mantas está fue sujetada por la de la Yokai rubia que le veía sonriente, con calma sobrenatural.
— A veces me gusta pensar que eres mi hijo biológico con mi anata, me gusta imaginar, creer aquella dulce falsedad—. Sus palabras era firme llenas a más no poder de amor—.
Sin darse cuenta el muchacho quedó plácidamente dormido, aún sosteniendo su mano se tardó unos segundos en ver que ella descansaba en brazos de Morfeo. Acercando su cabeza a la de el, sus labios le besaron la frente sin interrumpir su descanso.
[. . .]
La noche habría acabado, perdiendo su dominio en el bastó y largo cielo, donde la luz tomaba fuerza trayendo un nuevo dia , indicando en más de un sentido un nuevo ciclo al acudir, al escuchar y al actuar.
Los muchachos despertaron con pesadez, cada uno tuvo distintos sentimientos con la llegada del amanecer, con sentimientos tan iguales a su personalidad. Emoción; un nuevo dia al que ponerle empeño para hacerlo mejor al de el anterior, negatividad; un dia más que pasa y que comienza, nada diferente a los demás, únicamente distinto por que mi vida y mi interés se redujo.
Tranquilidad; saber que el dia tendrá su altas como bajas, sucesos a tomar apacible, nada de ello cambiaran el de hecho, de quien es él. Siempre será la misma persona.
Y la nada, el sentimiento actual en Valeria quien observaba el techo de su cuarto con detenimiento, tal y como si fuera un nuevo mundo, un nuevo universo lleno de posibilidades, destinos diferentes en una corriente llena de cambios, cambios favorables como fatales para un desarrollo decisivo.
Levantando el torso de su cama, sustuvo su cabeza de forma baja.
« Lo que te dije queda entre nosotros dos, si alguien más se entera que hyodou Issei, continúa con vida, ocurrirán sucesos nada favorables y agradables. Aunque tu hermano ya dio en el clavo, más te vale llevarlo que niegue aquel pensamiento o todo se caerá a pedazos.»
— Se que lo debo de hacer, pero es zen, mi hermano, mi sangre le jure y en la tumba de mi supuesto padre, jure que siempre les protegeria. Que jamás les haría daño a ninguno de mis hermanos—. Sus labios se movían de forma leve, sin emitir siquiera un miserable sonido—.
« No seas hipócrita. Recuerda cuando usaste magia prohibida, para quitarle a tu hermano Ex, la posibilidad de portarme, más bien, ¿por que no lo mataste?. ¿Un pensamiento o como una posibilidad que ibas a tomar sin importar que era tu hermano?.»
Unas palabras fuertes de un carácter sombrío, Valeria, se negó a responder y rompió el vínculo, se desligó de su conversación cuando percibió el poder de la líder Yokai acercarse. Aproximandose a su habitación, cerrando los ojos respiro hondo y en cuando exhaló habría caído en un sueño rápido, conciso como, para disimular de mejor manera.
— Cariño es hora de despertar. Hoy tenemos mucho que hacer y nuestro orario ya está preparado, así que a despertar —. Sus palabras eran suaves, tal y como las pequeñas ventiscas de aire que entraban a la habitación —.
Abriendo sus ojos el cansancio y severidad de su mirada actual fue disimulada con facilidad. Simplemente estirarse y bostezar le bastó, para poder cambiar su expresión.
« Draig, jodete maldita lagartija embustera [. . .]
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El Dragón Guardián Del Abismo
Fanfictionel sitio más peligroso que nunca haya llegado a existir es el mismo abismo, posee leyes distintas a los mundos normales la muerte y la vida es pasajera, pero el sufrimiento como los horrores que habitan en su interior son eternos, para evitar que aq...