23

274 27 25
                                    

Los halconcitos ya tenían un día de vida y eso era una gran felicidad para sus papás.

En la mañana Joaquín ya desayunaba mientras los bebés dormían un poco, Emilio había ido a la casa para bañarse y llevar unas cosas. Joaquín acariciaba el rostro de sus bebés y sonreía al verlos.

-Mis bebés hermosos- dijo y en ese momento tocaron la puerta-. Adelante.
-Hola mi amor- dijo Emilio entrando, traía unos globos y un ramo de flores.
-Ay mi amor, gracias.
-Te mereces todo lo bonito del mundo. ¿Y cómo se han portado mis bebés preciosos?
-Creo que Giulietta y Ramiro van a tener papitis contigo porque cuando te fuiste lloraron.
-Ay no, mis bebés. Ya, aquí está papá Emi.

Emilio se acercó a las cunitas y besó los cachetitos de sus tres bebés, algo que no podía faltar eran las canciones. Joaquín sonrió más al ver que los bebés despertaron y comenzaron a hacer ruiditos tiernos.

-Creo que les gusta que les cante- dijo Emilio.
-Por supuesto, amor- dijo Joaquín-. Les hablaste y cantaste mientras estuvieron en mi pancita, era lógico que iban a reconocer tu voz.

Emilio y Joaquín se besaron, uno sin el otro no serían nada. Se separaron al escuchar unas reconocidas voces por el pasillo, los bebés aún seguían despiertos y los cargaron para recibir a las visitas.

-¿Se puede?- preguntó Wendy asomándose pero volvió a salirse para gritar de emoción cuando vio a los bebés.
-Claro, pasen- dijeron los Emiliaco riéndose por la reacción de su amiga.
-¡Que hermosuras!
-¡Ay chicos, que preciosos bebés!- dijo Apio emocionado.
-¡Por fin llegaron los nuevos integrantes del team infierno, los halconcitos!- dijo Sergio.

Los bebés pasaron por brazos de todo el team, Emilio abrazaba a Joaquín mientras notaban todo el amor que sus bebés recibían, se miraron y se dieron un beso.

-Que cosita tan hermosa tengo de ahijada- dijo Nicola, tenía cargada a Giulietta-. Princesa, yo soy el tío Nicola y te voy a enseñar a hacer muchas travesuras.
-Eh wey, no le des ideas a mi niña- dijo Emilio.
-Se lucieron muchachos, son unos bebés preciosos- dijo Poncho que tenía cargado a Sebastián-. Ahora si van a entender a lo que me refiero cuando quieren que sean bebés para siempre.
-No hizo falta, ahorita los vemos y ya queremos que siempre sean bebés- dijo Joaquín-. Pero no impediremos el crecimiento de nuestros hijos.
-Por cierto Wendy, ¡Joaquín dijo que si!
-¡Lo sabía!- dijo Wendy emocionada-. ¡Cuánta felicidad hoy! ¡Ya llegaron tres preciosos angelitos y pronto tendremos boda!
-¡¿Boda?!- preguntaron los demás.

Joaquín mostró su anillo y todos volvieron a emocionarse, obviamente comenzaron con los planes de la boda y a pedir ser padrinos. Los Emiliaco no podían estar más felices, tenían una hermosa familia y unos amigos chingones.

Amor Halcón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora