Capítulo 9

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Maratón 2/2

Vikoria

Tomó el cierre que empieza en mi tobillo y lo subo hasta mis rodillas cerrando la bota.

Me levanto del pequeño sillón y me observo frente al espejo

Llevo un vestido rojo ceñido al cuerpo, me llega a mitad de muslo y unas botas negras hasta las rodillas, el corte cuadrado del busto realza mis tetas.

Mis anchas caderas hacen ver mi cintura pequeña. Doy media vuelta para poder ver mi trasero y esta perfecto.

Me dirijo hasta la cama de la habitación, Llegamos hace más de 3 horas a las Vegas.

Nos quedamos en un hotel hasta el anochecer.

Tomó el cinturón con el arma y la ajustó en mi muslo derecho al terminar tomó el abrigo y lo ajustó a mi figura.

Examinó que el abrigo tape el arma y sonrió satisfecha con el resultado, el abrigo llega a solo un dedo de distancia de las botas y se ajusta perfectamente a mi figura.

Doy un último retoque a mi maquillaje y Revisó los últimos archivos que me dio Ilenko repasando lo que tengo que hacer.

Vladimir tenía una línea de Clubes legales donde se manejaban mucho lavado de dinero, los clubes de extendían por varios territorios en Rusia e incluso en Estados Unidos; pero hace una semana Ilenko recibió noticia que desde la muerte de Vladimir varios clanes bajos han querido tomar dichos clubes.

Los clubes de Rusia ya están limpios gracias a mi hermano.

En cambio los clubes de Estados Unidos están en colapso total, Salmaro, Uriel y yo iremos al principal y más grande.

Por la poca información que tengo en las hojas que me dio Ilenko, Los demás están a pocos kilómetros de distancia pero aún no logró averiguar qué tan lejos esté Christopher.

Unos toques en la puerta me interrumpen.

- ¡Nos vamos! - grita Uriel del otro lado

Recojo el pequeño bolso de mano de la cama y salgo, lo veo recostado en la pared del pasillo.

Me observa y una sonrisa burlona decora sus labios, ruedo los ojos.

- ¿A que funeral vas? - se burla

Caminamos a la par hasta el elevador.

Uriel oprime el botón aún riéndose de su estúpido chiste.

- Al tuyo.

Su risa de detiene de golpe al mismo tiempo que las puertas del elevador se abren, entró y él no se mueve.

Me observa tenso y ahora es mi turno de reír.

- Ja, Ja. Que graciosa.

Entra al elevador y bajamos en silencio, en el lobby están Salmaro y los Boyeviki esperandonos.

Salimos hacia las camionetas, Uriel, Salmaro y yo nos vamos en una y detrás de nosotros tenemos a los Boyeviki.

Llegamos al Club. En la entrada hay una enorme fila de personas para entrar, Bajamos de los autos pero antes de irnos me saco el abrigo

Escucho un silbido a mi espalda.

- Alguien vino a divertirse.

- No seas imbécil, Uriel.

Uriel ríe y nos encaminamos hasta la entrada.

Salmaro es el que se le acerca al portero, le ofrece algunos billetes el tipo acepta y entramos.

Sed de Venganza | Christopher Morgan [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora