47 - Levi Ackerman +18

"Pollito"

Estaba en el apartamento del estúpido de mi "pollito", la sección de estudios con Levi fue un poco mas intensa de lo que esperaba, me siento algo cansada pero bueno, le prometí al idiota que ahora está en la cocina sirviendo dos copas de vino que solo es una excusa para que no crea que soy su muñequita sexual o algo. Terminé la copa y la deje en la mesita de la sala, me levanté y fui a la habitación esperando a que entrará no tardó mucho en llegar, se posicionó atrás mío para besar mi cuello mientras desabrocha mi hermoso vestido channel, si, soy una señorita channel. Después de algunos besos y caricias por aquí y por allá, estamos en su cama, en sus sabanas frias, uniendo nuestros cuerpos, no, no siento nada aunque el se esfuerce simplemente no, pero al parecer soy una excelente actriz, el chico acaba y yo finjo mi gran orgasmo.
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–Buenos dias– salude a mis amigos y tome asiento en la mesa, como siempre totalmente resplandeciente mi hermosa caballera negra larga y bien cuidada, ropa impecable, postura perfecta y si fuera poco inteligente, realmente era un sueño de mujer.

–¿Qué crees?–me dijo la rubia- Bertholdt ayer me invitó a su casa y por fin me pidió ser su novia, no puedo creer que se allá tardado tanto- volteó los ojos.

–Eso es genial, Annie. Yo realmente no me siento muy bien con Galliard-baje la mirada mientras tomaba un sorbo de mi malteada de fresa.

–¿A que se debe?- pregunto la pelinegra hambrienta de chisme.

–Todo es muy monótono– Bertholdt llegó y saludó a su ahora novia con un beso y atrás de el llegó Reiner, el rubio a estado enamorado de mi hace mas de dos años cuándo me conocío en la fiesta de cumpleaños de uno de sus mejores amigos Porco, pero al parecer Porco fue mucho más rápido que él, si hubiera sabido desde un principio que yo le interesaba nunca hubiera estado con Porco, se sentaron y poco tiempo después llego el Rey Roma, que también me saludo con un beso y se sentó a mi lado. Mientras los chicos charlaban una presencia en la cafetería capto mi mirada rápidamente, Levi Ackerman, ese azabache que me a estado atormentando dos dias seguidos con sus tutorías, al parecer mi corazón empezó a latir mas fuerte de lo normal y mi piel se eriza un poco, mis ojos lo siguen hasta que se sienta con su mejor amigo rubio y otras dos personas. Annie nota mi mirada hacia el azabache y da la vuelta hasta el objetivo que siguen mi ojos para confirmarlo y devuelve la vista hacia mi riendose burlona, desvio la mirada, sonrojada.
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–Casi te lo comes- dijo la rubia sentada junto a mi en el salón de clases del señor pixis, mi pesadilla.

–¿De que hablas?- le contestó sin dejar de ver a la pizarra.

–A gafitas, vi como lo viste en ma cafetería. Jamás había visto tus ojos brillar tanto.

–No le digas asi, es grosero- La rubia me lanzo una sonrisa burlona y yo solo me dedique a verla mal, sin embargo no se equivocaba, yo también senti algo extraño al mirarle.
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Estaba sentado frenté a mi explicando número tras teoría y teoría tras número, realmente no le estaba poniendo ningún tipo de atención, estaba observando esa perfecta y marcada mandíbula, esa nariz fina y perfecta, ese estúpido corte que le quedaba genial, las gafas se adaptan perfectamente a su cara, y esos labios rosas, humectados, completamente besables, inconscientemente me acerque lo suficiente como para que nuestros labios estuvieran cerca y perfectos para ser anudados, el chico estaba completamente inmóvil, con sus mejillas en un hermoso rojizo, iba a besarlo hasta que abren la maldita estúpida puerta, era la señora delila, ama de llaves, y es como parte de la familia mas como una abuela. Traía una taza con un té negro, que olía delicioso, y una rosada y fria malteada de fresa, mi favorita, la señora dejo las cosas y salió de la habitación.

–Se que te gusta mucho la malteada de fresa, por eso eh pedido que siempre que vengas te traigan una- me quedo totalmente sorprendida ante sus palabras ¿como lo sabe?- siempre veo que las tomas en la cafetería, se que te gustan.