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Ese día me invitaste al antro más famoso de Hermosillo, aún recuerdo todo como si hubiera sido ayer.
Si, fui hasta Hermosillo no solo para el antro, si no porque me querías presentar a tu familia, en forma de que ya querías que lo nuestro fuera más serio.
Claro que me llevé a mi perrito, pues no lo dejaría solo, así que con toda la pena del mundo, tuve que decirle a tu mamá que si me hacía el favor de cuidarmelo, lo cual muy amablemente aceptó.
Fui a bañarme para ponerme el vestido más bonito que encontrará en mi maleta, así que lo conseguí, un vestido rojo pasión de tirantes que me quedaba pegado al cuerpo, junto a un tacones.
- Nata: ¿Puedo pasar? - tocó la puerta.
- Tn: Por supuesto - respondí.
- Nata: Dios, que chula te ves mi güerita - me dió una vuelta y me dió un beso en la mejilla.
- Tn: Gracias lindo, pero tú tampoco te me quedas atras, solo que algo está demás ahí - dije.
- Nata: ¿Que será? - preguntó intrigado.
Le desabroché dos botones de tu camisa, para que dejará un poco al descubierto su pecho.
- Tn: Listo, ahora sí te ves guapísimo - dije y también le di un beso en la mejilla.
Llegamos al antro, nos fuimos a la zona vip, la cual ya estaba separada con anticipó, comenzamos a tomar, bailar y cantar, claro tú tenías que estar fumando, si era algo que me molestaba pero nunca te lo iba a prohibir porque al fin de cuentas era tu vida.
Ya eran las 4:10 de la madrugada, tu ya estabas muy ebrio, pero aún así decidiste tomar una foto para el recuerdo, porque al igual que yo te gustaba capturar todo tipo de momentos que pasábamos juntos.
Yo estaba detrás tuyo, a la distancia se pudiera notar lo feliz que soy a tu lado, tu también lo eres pero no sonreiste porque podía mas la ebriedad, así que saliste todo serio, disfrutábamos tanto de la noche y de la foto que ni siquiera nos dimos cuenta que alguien se había colado a nuestro lindo recuerdo.