Estoy aquí. [Jotaro × Kakyoin]

Capítulo 1~¿Ganamos?

-Entonces... ¿Ganamos?- No sabía cómo reaccionar, hace pocos minutos estaba estampado en un depósito de agua y ahora... todo era demasiado confuso pero lo único que sabía era que nada había sido en vano, salvamos al mundo de los planes que Dio tenía para su "reinado perfecto". Aunque mis sentidos seguían desorientados y tenía muchas dudas, solo tenía una cosa en mente.

-¿Dónde están Jotaro y el señor Joestar?- No podía ni imaginar qué haría si los habíamos perdido a los dos, ¿dónde estaban? ¿estaban bien?

-"Kakyoin, respira, ellos están bien, simplemente fueron transportados en otra ambulancia."-

La voz de mi amigo y compañero me hizo guardar la calma, pero de alguna forma seguía inquieto, no estaría satisfecho hasta verlos en buen estado, además... Necesitaba verlo a él.

-"Kakyoin..."- Ahí estaba, esperándome en el helicóptero dónde me transportarían, mi abdomen estaba destruido, nisiquiera sentía mis piernas pero en lo único que podía pensar era en él... Estaba herido.

-"Te acompañaré, no quiero te dejaré solo ahí."- Él murmuró, su gorra estaba baja, no podía ver su rostro en el que tanto pensé.

-Gracias... Me alegra verte bien- Aunque estuviera atado a una camilla, daba todas mis fuerzas en mantenerme estable por él, miré cómo se sentó al lado mío, cruzando sus piernas para estar más cómodo; se le veía... Muy cansado, claro que lo estaba pero... Esto era diferente, su mirada era vacía, parecía incluso fuera de sí, no imagino las horribles cosas que tuvo que pasar para derrotar al vampiro, quería estar para él pero nisiquiera podía estar para mí mismo.

Sentía un nudo en la garganta, habían pasado tantas tragedias que no me sentía ni merecedor de seguir vivo, esta última victoria nos dejó con muchísimas perdidas, mis compañeros de viaje con los que sentí el calor de un hogar estaban tan heridos como yo emocionalmente aunque me alegra que no fuera en vano... Si tan solo hubiera llegado a tiempo yo-

-"Uhm... Kakyoin..."- La voz de Jotaro me sacó de mis pensamientos, hasta que ví cómo extendía su mano y me entregaba... Uno de mis aretes.

-¿Cómo lo-

-"No importa... Tómalo, estaba esperando a dártelo"- Sus grandes manos envolvieron las mías, eran cálidas, hasta calientes, no pude evitar desviar la mirada.

-Gracias Jojo... Pensé que lo había perdido- Murmuré y él solo me regaló una casi invisible sonrisa, realmente me sentí... ¿Nervioso? No... Simplemente era la sangre que había perdido, no tendría por qué ponerme nervioso frente a mi amigo.

Pasaron largas horas donde solo miraba al techo del helicóptero y escuchaba a Jotaro roncar... Era obvio que estaría horriblemente cansado, yo igual debería pero... No podía conciliar el sueño, cada que cerraba los ojos sentía que volvía a esa situación donde Dio me golpeaba, estaba demasiado impactado y era peor el sentir como mi abdomen me dolía con cada mínimo movimiento, era obvio, mis entrañas estaban hechas trizas.

Los ronquidos del pelinegro me hacían no perder contra la tentación de caer profundamente en una pesadilla, no tenía tiempo para eso... Tenía que llegar a Japón para ver a mis padres, tenía la ilusión de verlos después de tanto tiempo ya que nisiquiera había tenido tiempo de enviarles una carta, los extraño mucho.

-"Aterrizaremos en diez, comuníquenme con el señor Joestar"- Escuché de la cabina, era un milagro que no me hubiera desmayado del dolor, faltaban solo diez minutos para llegar nuevamente a donde todo había iniciado... ¿Qué sería de mi? ¿Podría volver a caminar? No podía ni mover un centímetro de mi cuerpo sin sentir un infierno, espero que no dure mucho de esta forma.

Llegamos al aeropuerto de mi ciudad natal y los doctores bajaron mi camilla, Jotaro me seguía a cualquier lugar a donde me transportaran, era hasta tierno ver cómo los enfermeros lo dejaban pasar al ala de urgencias... Él lugar donde estaría por largos meses.

-Jotaro... Es mejor que vayas con el señor Joestar, deberías descansar...- Murmuré, no quería molestarlo más.

-"...¿Estás seguro?"- Yo solo le sonreí, verlo alejarse me hizo pensar... ¿Toda nuestra amistad terminaría ya que terminó el viaje? Me aterraba imaginarlo... No quería estar solo de nuevo... No... No podía estar solo de nuevo.