Introducción

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América, América, América. Mi querida y preciosa América, mi continente de treinta y cinco países y veinticinco dependencias favorito (también el único), con tus 42 millones de kilómetros cuadrados en tamaño y tu variopinto entorno cultural, he de admitir que me sorprende que en tu mismo territorio tengas países sumidos en el comunismo al lado de las monarquías más capitalistas que pueda haber. Eres una caja de sorpresas, sin duda alguna.

Cuando Jesús y yo buscamos el tema para hacer el libro que en un principio iba a ser un video, se nos ocurrió hacer un pequeño sketch sobre la historia de Colombia. Ahí, mientras leíamos poco a poco en diversos documentos de internet y yo buscaba uno que otro libro en la biblioteca, encontramos el ya clásico origen del nombre de Colombia: proviene de Cristóbal Colón, pero no de su nombre en español, sino en su natal italiano; Cristoforo Colombo. Luego se agregó la terminación del latín "IA". Este nombre se ideó primero por Simón Bolívar para la creación de la Gran Colombia, y al momento de su desaparición, nosotros, como buenos carroñeros, nos lo quedamos. Datos nuevos más, datos nuevos menos, no nos sorprendió para nada esto.

Jesús a los días se devolvió al lugar inhóspito e inhabitable del que había venido, Sincelejo, por cuestiones de fuerza mayor (ingerir la cantidad más obscena de alcohol posible), y yo me quedé en la ciudad investigando sobre el Florero de Llorente. Fue ahí, mientras un documental de YouTube corría a las dos de la mañana, que me pregunté:

¿Y por qué se llaman así el resto de países? O, como mi lado más barrial lo diría; ¿Por qué m@#$% se llaman así? Y aquí estamos.

¿POR QUÉ CARAJOS SE LLAMAN ASÍ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora