A Donde Vamos? (Iruma x Azz)

2. primer encuentro.

Fue hace dos años, estaba de vacaciones con mi abuelo y su mayordomo, además también había venido mi mejor amiga, clara, junto con su familia.
Ya llevamos una semanas en cierta isla de Japón, y pasábamos nuestros dias comiendo, jugando, bailando y cantando todos juntos.
Ese año había cumplido yo la mayoría de edad, por lo cual ya podía beber, un día martes en las vacaciones, después de caminar un rato por la playa, fui al bar que en ella estaba, y pedí una cerveza. Había dejado ya algo atrás amis amigos, por lo cual estaba solo en el lugar. La gente a mi alrededor nadaba, bebía y charlaba, y a lo lejos pude ver a unas personas jugando voley de playa, me reí un poco después de ver a un hombre rubio, que parecía mayor que yo, caerse de forma brusca sobre su cara.
Me perdí un poco en mis pensamientos, ya que el lugar era tan relajante y bello que incluso parecia irreal.
Y estuve así por un rato hasta que una suave y bella voz masculina me saco de mis pensamientos, mire hacia mi izquierda, y vi un bello chico, de piel blanca, pelo rosado claro algo largo y ojos color magenta, un poco sonrojado por la actividad física y el calor, y algo mojado por el agua del mar, que le hablaba amigablemente con una leve sonrisa al bar-tender para que le diera un vaso de whisky. Recuerdo haberlo visto de perfil, un perfil tan bello que no pude apartar la mirada. Cuando le entregaron la bebida, el la tomo tranquilamente, y todo lo que podía ver en ese momento era como el alcohol pasaba a través de esos rosados y jugosos labios, y de pronto me dio sed, sin quitar mis ojos del bello hombre tome un sorbo de mi cerveza, creo que se dio cuenta de mi mirada fija en el, ya que pronto encontré sus ojos, grandes y hermosos, con pestañas muy largas, iguales a los de un gato. Separó sus labios del basó, los lamió, y después volteo su rostro hacia mi, para después darme la más hermosa sonrisa que jamás haya visto en mi vida, dientes blancos con colmillos algo largos y vistosos, adornados de labios rosados y ese sonrojo en su cara que enamoraría a cualquiera, sumado a que sus ojos se pusieron como dos bellas lunitas que miraban hacia mis ojos, lo mire como por cinco segundos antes de volver a la realidad, para después sonrojarme más de lo que ya estaba y apartar la mirada mientras tomaba un gran sorbo de mi cerveza, escuché a mi lado una pequeña y encantadora risilla, mientras cambiaba de posición en el asiento en el que se encontraba. Ahora sentado mirando hacia la playa, arqueo hacia atrás la cabeza y cerró los ojos, y se quedó asi unos segundos, no pude evitar mirarlo de reojo, y entonces me habló.
"Hace un calor infernal, ¿No crees?" Escuché, yo nervioso respondí que si, y esas fueron las primeras palabras que cruzamos.