Negan asesinó a Gleen y Abraham aquella noche... ¿Si?
¿Solo a Abraham?
O
¿Solo a Gleen?
Tal vez ningún de los dos.
Tal vez a los dos.
Tal vez a alguien más.
Una piedra en el camino... Que Negan se encargó de hacer a un lado, y ese... Fue su más gran...
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— ¿Dicen que encontraron a un señor que se parece a Jesús y les partió la madre como si nada? — preguntó confundida.
— el maldito tenía agilidad — le respondió Daryl recostado en el sillón de la casa de los Grimes.
— actuaba muy bien, en mi defensa — respondió Rick de una forma graciosa al final.
Michonne negaba con una sonrisa al saber lo que había sucedido. Aquellos dos hombres nunca admitirán su derrota.
— son muy orgullosos para admitir que les partieron la madre, ¿Verdad? — esperó a que la mujer de katana saliera de la sala.
Apesar de no entender muy bien lo que dijo en medio de su oración, los dos hombres solo dieron que “Sí” con la cabeza, decepcionados.
— el maldito era ágil — volvió a repetir Daryl. Tratando de excusarse como un niño pequeño.
— ya lo sé, mugroso, ya lo sé — le acariciaba el cabello dando leves palmadas en su cabeza, también lo hizo con Rick que estaba al lado. Sin duda, esos hombres eran unos de sus favoritos en ese mundo de mierda.
( . . . )
— Oye miedocito, ¿No crees que la casa tiene mucho silencio? — interrogó.
— no está Judith — aseguró Carl — es por eso —
— pero Ricardo y Michonne estaban aquí en la casa — dijo extrañada. Generalmente se escuchaban sus voces hablando de formas para ayudar con la comunidad.
Un sonido en el piso de abajo los alertó. Ella se levantó rápida y silenciosa mientras tomaba el arma que siempre llevaba — quédate detrás, Carlitos — le ordenó en un susurro.
— oye espera — le exigió cansado — siempre eres tú la que me protege, yo puedo protegerte a ti, también puedo salvarte pero no me dejas hacerlo —
— llegará un momento en el que no pueda cuidarte, alguien más que te ame tanto como yo lo hará y tú tendrás que cuidarte a ti mismo. Ahora bajemos a ver qué es eso extraño sonido —.
En silencio y sigilo salieron de la habitación, solo caminaron unos cuantos metros para encontrar a un hombre en las escaleras, viendo una pintura. Maria lo reconoció de inmediato, ¡Pero si sí se parecía a Jesús!
— ¿Quien eres? — le preguntó Carl amenazante apuntando con su propia arma.
— hola, soy Jesús — se presentó amable, ¡Incluso tenian el mismo nombre! — estoy esperando a que tus padres se vistan — habló como si nada. Un par de caras confundidas se posaron en él.
